LA HABANA.- (ACN) Como una plaza atractiva para los negocios calificaron a Cuba este año, en más de una ocasión, empresarios foráneos que viajaron a la Isla atraídos por sus nuevas oportunidades de inversión extranjera, considerada ahora parte esencial de la estrategia de desarrollo socioeconómico del país.

El actual calendario fue testigo, como sucedió en 2015, de la visita de numerosas delegaciones comerciales, encabezadas en su mayoría por presidentes, primeros ministros y titulares de diferentes sectores, muestra fehaciente de la voluntad por estrechar lazos con el mercado nacional.

Así llegaron grupos de Alemania, China, Italia, Países Bajos, Austria, Australia, Japón, Singapur, Portugal, Polonia, Irán, Canadá, Honduras y Estados Unidos, a pesar de las limitaciones de sus empresarios para concretar propuestas, debido a la vigencia del bloqueo norteamericano.

Asimismo, fue frecuente en el período la organización de las mayores misiones comerciales a la Isla, tales como las impulsadas por República Dominicana y Bélgica, y el estreno de varios países en explorar oportunidades aquí.  

Una oleada de hombres de negocios hacia Cuba se percibió, además, en la Feria Internacional de La Habana, FIHAV 2016, que alcanzó récord de participantes: 73 naciones, ocho más que el año anterior.

Que los foráneos incrementen su motivación por venir y conocer las posibilidades abiertas en este archipiélago, tiene sin dudas entre sus razones el nuevo escenario abierto tras el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, y los acuerdos logrados con la Unión Europea. 

También ha influido la decisión de la nación cubana de cumplir, pese a las restricciones financieras que padece, los compromisos asumidos en los procesos de reordenamiento de las deudas con acreedores extranjeros, según lo ha reafirmado el presidente Raúl Castro.   

Y es que para que los inversionistas se acerquen se necesita generar un clima de seguridad y confianza, y así lo ha hecho Cuba al reconocer, a su vez, que el capital foráneo “no es un mal necesario” y que “requerimos propiciar su desarrollo”.

No obstante, en ese propósito no basta con organizar foros empresariales e intercambiar portafolios, ni mostrar un moderno cuerpo legislativo, sino que también depende de la capacidad de los locales para llevar a vías de éxitos los proyectos, analizando con detenimiento su factibilidad, pero sin perder tiempo, sin la excesiva burocracia.

En FIHAV, en noviembre último, se conoció que desde la aprobación de la Ley 118, de la Inversión Extranjera (marzo de 2014), se han concretado 14 reinversiones, 15 nuevos proyectos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y 54 fuera de ese enclave, para un total de 83 emprendimientos, valorados en más de mil 300 millones de dólares.

Tal comportamiento -confesó Rodrigo Malmierca, titular de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera- está “por debajo de las expectativas, de las necesidades del país”. 

De acuerdo con análisis oficiales, Cuba requiere atraer por esa vía alrededor de dos mil millones de dólares cada año, en aras de acelerar las bajas tasas de crecimiento económico. 

Pero, “uno de los problemas que tenemos es lentitud en las negociaciones. Las empresas extranjeras a veces se quejan con razón de que se demoran en recibir respuestas. Tenemos que trabajar por imprimirle mayor velocidad a estos procesos”, reconoció Malmierca.

Algo queda claro para 2017, hay que eliminar definitivamente las trabas, el innecesario papeleo y, sin ceder soberanía, avanzar con prisa y  aprovechar que –tal vez - Cuba siga de moda.