LA HABANA.- (ACN) En comisiones sesionó la tarde de este sábado la Asamblea Nacional Pioneril y, si se tratara de un examen, ningún maestro dudaría en otorgarle un “excelente” a los debates en el Palacio Central de Pioneros Ernesto Guevara, el Memorial José Martí y el Acuario Nacional de Cuba.

“El comienzo no ha podido ser mejor”, escuché decir a Aymara Guzmán, presidenta de la Organización de Pioneros José Martí, y con similares palabras expresaron idéntica mezcla de alegría y orgullo Susely Morfa, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, y Julio César García, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Cualquier testigo les dará la razón, por el “qué” y “cómo” se habló en tan distantes locaciones, sobre el estudio como deber primero y la responsabilidad de los “pinos nuevos” con la continuidad histórica de la Revolución, la formación vocacional y orientación profesional, y  el funcionamiento de la “José Martí”.

“Para que la mejor sea la nuestra”, fue el santo y seña que reunió en una  de las salas del Acuario Nacional a decenas de escolares de primaria y secundaria de todo el país, para pensar en voz alta en la Organización de Pioneros que quieren los niños y adolescentes y que precisa la Cuba de estos tiempos y los que están por venir.

En esa comisión -la número tres-, casi todos intervinieron, ¡y vaya si supieron expresarse, argumentar sus propuestas y defender sus criterios!

Con sinceridad, valentía, madurez y elocuencia hablaron, y al  referirse a los problemas, lo hicieron sin eludir su responsabilidad y con la mira puesta en cómo resolverlos, aunque está claro que eso requiere un entorno favorable y que cada quien cumpla su parte, y sugirieron que, sin dejar pasar mucho tiempo, la Asamblea vuelva a las aulas para ver cuánto se ha hecho y avanzado.

Mucho insistieron los pioneros en la necesidad de consolidar la vida y quehacer de su Organización -ante todo en esos eslabones primeros y esenciales que son el destacamento y el colectivo-, y de multiplicar las vías y espacios para asegurar que cada uno de sus miembros participe y lo haga, no ya por deber, sino con placer.

A los concursos anuales que convoca la “José Martí” se refirieron y hubo quienes se preguntaron por qué han de ser siempre iguales y por qué si a una alumna de secundaria le gusta pintar, tiene que presentar una composición literaria y, por el contrario, un escolar de primaria cuyo mayor talento es escribir, ha de concursar en artes plásticas.

Los presentes fueron enfáticos al plantear la necesidad de potenciar las asambleas de destacamento como espacio por excelencia para el debate, fortalecer esa nueva estructura que son las presidencias municipales de pioneros, y hacer de la emulación pioneril poderosa herramienta, incluso para transformar conductas.

Hablamos y hablamos del uso incorrecto del idioma, el uniforme escolar y los atributos pioneriles, pero lo cierto es que a la hora de evaluar al pionero pasamos por alto todo eso en el destacamento y no somos lo suficientemente exigentes, reconoció una delegada.

Varias voces se alzaron para pedir que la Organización vuelva a contar, por separado, con todos sus movimientos (aficionados al arte, monitores, creadores y de recuperación de materia prima, entre otros), pues, fusionados como ahora en el Movimiento de Pioneros Exploradores, las actividades no se realizan con la calidad y masividad necesarias y unas se priorizan más que otras.

De este último, el holguinero Leandro propuso, con muchísima lógica, que, tal y como se permite en la Serie Nacional de Béisbol, la tropa ganadora a nivel de colectivo pueda ser reforzada con los mejores de otros destacamentos, para hacer un mejor papel en las competencias municipales y hasta más de los Exploradores.

Desde la Organización y con la ayuda de todos debemos buscar la forma de acercar más a los pioneros a la Historia, para que la sientan y no la vean como una asignatura que aprender de memoria y luego olvidar, porque eso es lo que quieren y nos dicen que hagamos los enemigos de Cuba: olvidar lo pasado, expresó Yoan Carlos, delegado por el municipio de Moa.

Y hubo planteamientos fuertes y muy serios, como el de otro holguinero, Abel, pero de Gibara, quien aseguró que hay niños que no quieren ir a la escuela, “y no es que no les guste estudiar, pero los discriminan y se burlan de ellos, porque no llevan zapatos de marca, y eso no debe ser”, denunció.

Del deterioro de no pocas instalaciones pioneriles y la falta de estas en un buen número de municipios se habló en la sesión, como también del deseo de poder izar cada mañana en la escuela, junto a la enseña patria, la bandera de la Organización de Pioneros.

El país no cuenta con los recursos necesarios para satisfacer de inmediato esas justas demandas, pero hay cosas que sí se pueden hacer, como convertir la escuela en Palacio de Pioneros y principal centro cultural de la comunidad y, si no de tela, de papel, hacer para que cada escuela tenga esa bandera, destacó Julio César García, miemb