En su tradicional discurso sabatino a la nación, Obama expresó su confianza en que su estancia en La Habana contribuirá al avance de las metas comunes entre ambos gobiernos.

Sin embargo, se limitó a promocionar los intereses estadounidenses, al fortalecimiento del "sector privado" y un mayor acceso a Internet, obviando el bloqueo económico, comercial y financiero que Washington mantiene desde 1962 pese al rechazo mundial.

Reiteró que sostendrá un diálogo cordial sobre temas como democracia y derechos humanos, aunque el gobierno cubano advirtió que también tiene opiniones sobre ese respecto en Estados Unidos, así como muchas experiencias exitosas para compartir.

Obama enfatizó que hay un apoyo abrumador a la nueva relación con Cuba, la cual ha sido criticada principalmente por el ala más conservadora del Partido Republicano, en especial los pre-candidatos presidenciales Ted Cruz y Marco Rubio.

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