SANCTI SPÍRITUS.- El auto de turismo que intervino en el accidente del pasado día cuatro de octubre en la Carretera Central, a unos cinco kilómetros de la localidad de Jatibonico, en esta provincia, invadió la senda en sentido contrario del tránsito, causa que, según los expertos, provocó el lamentable hecho.

A esa conclusión arribaron los peritos del Ministerio del Interior (MININT) que practicaron la investigación sobre el incidente, en el que perdieron la vida cuatro personas y una niña de dos años de edad resultó herida de gravedad, los cuales -en todos los casos- viajaban en el auto.

Expertos del MININT manifestaron que el chofer del automóvil violó el artículo 65 de la Ley número 109 o Código de Seguridad Vial y en el cual se expone que el conductor de cualquier vehículo, al circular por una vía urbana o rural está obligado a transitar por el lado derecho del eje central de la vía de acuerdo con el sentido en que circule, en vías de doble sentido de dirección.

La colisión tuvo lugar cuando el auto, que se dirigía desde La Habana a Camagüey, se impactó contra un camión de pasaje particular, que venía desde Camagüey con destino a la provincia de Cienfuegos.

Keila Mía Rivero Hernández, la pequeña lesionada, continúa ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos Progresivos del Hospital Pediátrico José Martí, de esta ciudad, y, aunque prosigue en estado de gravedad, evoluciona favorablemente y responde de forma positiva al tratamiento de la terapia, según aseguró la doctora Belkis Piñeiro García, especialista de ese centro asistencial.

La niña llegó al pediátrico espirituano con shock hipovolémico por traumatismo abdominal con severa lesión hepática y fractura de fémur.

El doctor Frank Felipe Martín, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Progresivos en la instalación, dijo que hubo que intervenirla quirúrgicamente para corregir el estado inicial y reparar la glándula hepática, lo cual se hizo de forma inmediata, pero a las 48 horas mostró signos de sangramiento interno por lo que se reintervino.

Luis Miguel Rivero, padre de la menor, y quien viajó desde Estados Unidos al conocer la noticia del accidente en el que perdió la vida la madre de Keila, elogia constantemente la atención ofrecida a su hija desde los puntos de vista médico y humano.

No tengo palabras, recalcó, para agradecer todo lo que han hecho muchas personas por mi hija y por mí; en estos días, expresó de manera enfática, he tenido el apoyo y la solidaridad de las autoridades y de otros habitantes de Sancti Spíritus.