Garantizar el más amplio, directo y rápido acceso al Proyecto de Constitución de la República de Cuba por la población, con vistas a que cada ciudadano lo estudie con tiempo y haga las observaciones o acotaciones que considere, deviene por estos días un importante paso en aras del exitoso desarrollo de la anunciada consulta popular.

En muchas unidades y estanquillos de prensa de la capital y otros territorios bien pronto se agotaron los primeros tabloides puestos a la venta por el Grupo Empresarial Correos de Cuba, como parte de la inmediata distribución por regiones de los más de 700 mil ejemplares impresos, en tiempo récord, en la imprenta Federico Engels, en La Habana, 100 mil de ellos destinados a los dúos que conducirán el proceso.

Se espera que en todo el país sea favorable la acogida del referido documento pues los debates suscitados en el seno de la Asamblea Nacional del Poder Popular -antes de aprobarse el proyecto-, despertaron interés y expectativas en muchos ciudadanos, sobre todo los cambios o transformaciones que propusieron los diputados.

En fin, ayudaron a acercar al pueblo a los conceptos y particularidades jurídicas del proceso de reforma total de la Ley de leyes.

Del 13 de agosto al 15 de noviembre, millones de cubanos desde los centros de trabajo y de estudio, en la comunidad y en el exterior, podrán expresar sus opiniones sobre la Constitución en reforma, sugerir determinadas adiciones, omisiones o ideas respecto a tales o mas cuales artículos, en otro ejercicio de democracia participativa.

Pero no basta con solo asistir a esas reuniones – más de 135 mil- sino de participar de manera activa y comprometida, en que cada ciudadano ejerza el derecho de manifestar sus criterios, dudas o preocupaciones, que podrán esclarecerse allí mismo por el dúo conductor de la asamblea u otra persona con conocimientos o información, además de recepcionarse.

Por estos días en las redes sociales, en la calle y en no pocos espacios públicos han salido a relucir determinadas ideas a favor o en contra de alguna o más propuestas escuchadas durante los debates en el seno del Parlamento, en los que hubo pluralidad de criterios, sobre bases de respeto, argumentos científicos y la búsqueda de un país más inclusivo.

Y aunque se pueda disentir o no de uno o varios artículos, el respaldo popular al proyecto de la nueva Constitución cubana resulta determinante para el presente y futuro de la nación porque el texto en cuestión reafirma el carácter socialista de nuestro sistema político, así como el papel rector del Partido Comunista de Cuba.

Con vistas al estudio masivo del referido documento se ha procurado su divulgación en las páginas digitales de los medios de comunicación e instituciones cubanas, lo cual permitirá que también muchos compatriotas en el exterior puedan acceder al texto como parte de la consulta popular.

De manera que la opinión de cada ciudadano vale, sin distinción de sexo, profesión, procedencia social, afiliación política o religiosa…, y en la búsqueda del necesario consenso a favor de la sociedad que construimos y queremos, esa Magna Carta que amparará o resguardará las necesarias transformaciones ya en marcha requiere ahora diseñarse y perfeccionarse con el concurso de todos.