LA HABANA.- La condición insular de Cuba hace sumamente improbable la ocurrencia de una ola de calor, debido al efecto refrescante de las brisas marinas y las lluvias veraniegas.

Las especulaciones sobre sobre la posibilidad de que el archipiélago pueda ser afectado por una ola de calor en las venideras jornadas resultan infundadas, de acuerdo con la información publicada hoy en el diario Granma.

Para ello toman en cuenta el predominio de días con sensaciones térmicas muy cálidas, ocasionadas por la intensa radiación solar, debilidad del viento, elevada humedad relativa y disminución de las precipitaciones.

Ramón Pérez Suárez, investigador del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, precisó que el mencionado fenómeno se refiere a situaciones atmosféricas particulares de las latitudes medias y zonas continentales.

En esos territorios, precisó, las temperaturas alcanzan valores por encima de los 40 grados Celsius, lo que unido a la baja humedad reinante, pueden provocar la muerte de seres humanos por deshidratación y otras causas.

Puntualizó que el actual periodo estival en Cuba permanece dentro del rango de lo normal, aunque entre 1951 y el 2010 la temperatura media en la etapa de verano aumentó en 0,8 grados Celsius, lo cual confirma la tendencia hacia un clima más cálido.

Lo anterior, subrayó Pérez Suárez, nos conduce de manera progresiva hacia valores extremos de calor en la medida que pasen los años, pero al menos por ahora nuestra condición insular nos protege de las llamadas olas.