LA HABANA.- La decisión de mantener indefinidamente la reducción de su personal diplomático en Cuba y el empeño en calificar de ataques alegados incidentes de salud representan hoy muestras de la hostilidad de Estados Unidos hacia la isla.

De acuerdo con el director general de Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, no son las únicas, y habría que agregarle la renovación por el Departamento de Estado de la alerta que recomienda a los viajeros norteamericanos reconsiderar su visita a la mayor de las Antillas.

Todas estas decisiones de Washington tuvieron lugar el viernes, dando continuidad a una escalada de tensiones centrada en supuestos incidentes de salud de diplomáticos estadounidenses, con frecuencia llamados ataques sónicos por funcionarios y medios de prensa del país norteño.

Fernández de Cossío advirtió la víspera en declaraciones a periodistas que se trata de posturas guiadas por motivaciones políticas "que se suman a la larga lista de hostilidad que el pueblo de Cuba conoce muy bien".

El funcionario consideró que la Casa Blanca actúa con mala intención y apela a la fabricación política, teniendo en cuenta la inexistencia de pruebas sobre los alegados ataques.

"En ninguno de los reportes publicados por el Departamento de Estado o por expertos diversos, incluidos los de la comunidad científica, se presenta evidencia alguna de que en Cuba ocurrió algún ataque", afirmó.

Señaló además que las medidas anunciadas no tienen relación con la salud de los diplomáticos estadounidenses ni con la preocupación por los viajeros.

Desde su llegada a la Casa Blanca, en enero de 2017, el presidente Donald Trump ha manifestado su intención de recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero aplicado a Cuba durante más de medio siglo, y de revertir los progresos alcanzados en las relaciones bilaterales.

Bajo el mandato de su predecesor en la Oficina Oval, Barack Obama, ambos países dieron en 2015 y 2016 pasos hacia la normalización de sus vínculos, con la reapertura de las embajadas, la firma de una veintena de convenios y los intercambios de criterios de alto nivel y con carácter técnico.

Según expertos, los supuestos incidentes de salud han venido como anillo al dedo a los sectores que en Estados Unidos apuestan por la confrontación con La Habana y por el retroceso en las relaciones entre los dos gobiernos.

 CUBA, UN LUGAR SEGURO

En respuesta a las decisiones de Washington de mantener la reducción de la mayoría de sus diplomáticos en la embajada y de alertar acerca de los viajes a la isla, Fernández de Cossío reiteró que su país es seguro, estable y atractivo.

"Es falso que el personal diplomático de la embajada esté o haya estado en riesgo. Es falso que haya sido objeto de ataques. Es falso que se haya permitido en Cuba o que pueda haber ocurrido en Cuba por parte de alguien alguna acción deliberada contra diplomáticos. Es falso que ciudadanos estadounidenses tengan razones para temer por su seguridad en Cuba", remarcó.

El funcionario comentó que el gobierno norteamericano tiene evidencias suficientes de que Cuba es un país seguro para todos los diplomáticos, como los es para los ciudadanos cubanos, los residentes extranjeros y los millones de turistas que llegan cada año a la nación caribeña.

También en Estados Unidos se comparte esta visión, expuesta aquí a finales de febrero por un grupo de congresistas norteamericanos que visitaron La Habana.

Liderados por el senador demócrata por Vermont Patrick Leahy, integrantes de la delegación de seis legisladores criticaron la política de Trump para la isla, cuestionaron la retirada de diplomáticos norteamericanos y negaron que la mayor de las Antillas sea peligrosa para los mismos.

Al respecto, Leahy aseguró que ni él ni sus colegas tuvieron temor de venir, porque sabían que no existe riesgo alguno.

 CUBA DISPUESTA AL DIÁLOGO

Fernández de Cossío reiteró ayer que su país sigue dispuesto a dialogar con Estados Unidos sobre temas de interés mutuo.

"Cuba sigue dispuesta a desarrollar un diálogo respetuoso y a avanzar en temas que atañen la vida de millones de personas", precisó.

A propósito de los alegados incidentes de salud, declaró a Prensa Latina que desde el primer día Cuba ha mostrado disposición a colaborar con las investigaciones para esclarecer este asunto.

Hemos hecho invitaciones, dado muestras de disposición a colaborar, compartido información y reclamado que se comparta la misma con nuestras autoridades, y con el equipo multidisciplinario que ha trabajado en el tema, subrayó.

De acuerdo con el diplomático, Cuba también ha pedido la posibilidad de reunirse con las personas que han reportado síntomas y afectaciones a su salud, y solicitado la posibilidad de interactuar con los médicos que las atendieron en Estados Unidos.

Fernández de Cossío manifestó que pese a esos esfuerzos de la parte cubana, "la colaboración ha sido insuficiente" por la parte estadounidense.

"Lo que sí ha permitido la limitada colaboración por parte de Estados Unidos es confirmar que no existe evidencia alguna de que en Cuba se produjeron ataques o pudo haberse cometido algún acto deliberado contra ese personal", afirmó.