LA HABANA.-  (PL) Aunque la mayoría de las mujeres cubanas no renuncian a la idea de ser madres, el tener hijos o no y el momento preciso para iniciar el camino de la descendencia es un derecho de la pareja, e incluso una decisión que en algunos casos se extiende a familiares más allegados.

Asimilar una sociedad con familias reducidas parece ser una realidad sin marcha atrás en este país, donde después del boom demográfico de los ańos 60 a nivel mundial, se produjo un descenso de la fecundidad, considerado por expertos como de los más acelerados en América Latina y el Caribe.

En Cuba, las bajas tasas de nacimientos poseen un origen multicausal, aseguró a Prensa Latina la Doctora en Ciencias Grisell Rodríguez Gómez, investigadora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana.

Gómez citó los derechos sexuales y reproductivos vigentes en Cuba, como el fácil acceso a la anticoncepción y el aborto legal en condiciones seguras, en instituciones de salud; la activa incorporación de las mujeres a la vida social y laboral, la migración externa y la capacidad de definir prioridades.

La realidad indica que las cubanas no cubren el nivel de reemplazo poblacional desde 1978, por lo cual es esta una situación que ocurre desde hace varias décadas. Eso quiere decir, manifestó la académica, que no se tiene al menos una hija por mujer durante la vida reproductiva.

En el libro La población de Cuba hoy, sus autores, la doctora Rodríguez Gómez y Juan Carlos Albizu-Campos Espińeira, refieren que aunque la migración externa y la fecundidad son dos variables que están y estarán marcando en el futuro cercano la dinámica demográfica cubana, es la población envejecida lo que estará reclamando atención importante en términos de accionar o política.

Al cierre de 2015, el 19,4 % de la población cubana tenía 60 años y más, según datos oficiales, y la tendencia es a continuar ascendiendo. En tanto, dos mil 153 abuelos habían cumplido 100 o más años para esa fecha.

En ese escenario las mujeres resaltan con una superior esperanza de vida, pero también son mayoría dentro del grupo de la población envejecida que cuida a otros ancianos.

"Vivimos en una sociedad envejecida con menos nacimientos y eso no va a cambiar", alertó Gómez a esta periodista.

 ¿PROBLEMA, META?

 Para la mayoría de los demógrafos constituye un error enfocar el tema de la baja fecundidad como un problema, una meta o un asunto que atañe únicamente a la mujer.

Es este un criterio que asume la doctora en Demografía Marisol Alfonso de Armas, para quien tener hijos debe ser una decisión de dos.

La también oficial nacional del programa del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), sostuvo que, del mismo modo, es una responsabilidad compartida el tiempo dedicado al cuidado de los hijos y el respeto al espacio de la madre para estudiar y trabajar, según expresó en un taller sobre Fecundidad en Cuba, celebrado en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en la barriada capitalina de El Vedado.

A lo anterior, la doctora Gómez precisó en su intervención en ese mismo escenario que la fecundidad hay que pensarla aquí como derivación de las políticas públicas impulsadas por el gobierno desde el triunfo de la Revolución en 1959, en interacción, además, con las condiciones económicas de la nación.

Aunque para las cubanas la descendencia es importante y la mayoría aspira y desea ser madre alguna vez, a preguntas de Prensa Latina de por qué no concretan esa pretensión o la aplazan, varias jóvenes mencionan la carencia de una vivienda propia o insuficiente espacio donde residen, salarios bajos para satisfacer las necesidades básicas de un niño y aspiraciones personales, entre otras.

Otros motivos, dicen, son la incertidumbre que les causa el no tener la garantía de poseer una plaza en los insuficientes círculos infantiles (guarderías) existentes -concebidos para el cuidado de los hijos de las trabajadoras-, así como el no poder pagar las altas cifras que exigen las cuidadoras particulares.

Natalie Cruz, estudiante de tercer año de Medicina, consideró que a ello se suma que "a veces es difícil hallar una pareja con los valores que una defiende y en los que crees. Yo no tendría hijos con cualquier persona".

Aun cuando el gobierno aprobó el pasado año nuevas directrices que en alguna medida estimulan la fecundidad, estas son insuficientes.

De ahí que estudiosos de ese fenómeno coincidan en la importancia de revisar esas políticas, y anotan que por atractivas que resulten no modificarán la tendencia mantenida durante las últimas cuatro décadas.

Ello, a pesar de que el Ministerio de Salud Pública garantiza el cuidado a la mujer antes, durante y después del embarazo, en tanto se incrementa la atención a la pareja infértil. Para ello se desarrolla la reproducción asistida de forma gratuita en varios centros hospitalarios del país, un derecho que tiene la pareja, aunque no sea definitiva en la elevación de la fecundidad.

FECUNDIDAD TEMPRANA, UNA PREOCUPACIÓN

 Que la fecundidad adolescente en Cuba representara el 15,2% del total en el 2015 y que el 14,6 % de las que se convirtieron en madres ese año tuvieran menos de 20 años constituye una preocupación.

A juicio de Grisell Rodríguez, estos niveles no se corresponden con las acciones impulsadas en el país en materia de salud.

Según cifras oficiales, entre los años 2003 y 2015 se comportó por encima del 14% en relación con la fecundidad total, alcanzando en el 2011 su mayor nivel con 16,17 %.

Investigaciones publicadas en la revista Novedades en Población, del Cedem, apuntan que la fecundidad del grupo 15-19 aros tuvo una ligera disminución en el período 2010-2014. Sin embargo, en las edades comprendidas entre los 10 y 14 aros ha aumentado su nivel, en tanto la fecundidad urbana gana protagonismo.

En una conversación informal con adolescentes de la capital, Prensa Latina corroboró que entre las principales causas que favorecen los embarazos no deseados están la falta de comunicación entre padres e hijos sobre educación sexual, el desconocimiento y la poca sistematicidad en el tratamiento de este contenido en las escuelas, y la irresponsabilidad de los jóvenes.

A ello se agrega que las respuestas de los muchachos denotan que el inicio de las relaciones sexuales ocurre cada vez a edades más tempranas, alrededor de los 15 años, y que, aunque conocen algunos métodos anticonceptivos y su uso aumenta, estos no se emplean de forma continua. De ahí que la solución frente a un embarazo no deseado sea el aborto, al que también acuden las adultas de forma errónea como alternativa anticonceptiva.

Sus respuestas coinciden con los resultados de la Encuesta Nacional de Fecundidad de 2009, la segunda realizada en el país, la cual arrojó que el 30 % de los jóvenes de los dos sexos tuvo su primera relación sin ninguna protección.

Aunque la tasa de fecundidad adolescente en Cuba se comporta por debajo de la registrada en la mayoría de los países de la región latinoamericana y caribeña, el Gobierno trabaja de conjunto con otras organizaciones e instituciones claves para disminuir este indicador, entre ellos el Ministerio de Educación, el Centro Nacional de Educación Sexual y el Programa Nacional de Atención Materno Infantil.

 * Periodista de Prensa Latina.