SIERRA DE CUBITAS, CAMAGÜEY.- En las décadas del ochenta y noventa Sola -al norte de la ciudad de Camagüey-, extendía su verdor sobre más de 400 caballerías de cítricos y cortinas rompevientos, cuyo desarrollo dependiente del gigantesco complejo hidráulico para la irrigación tradicional y por goteo (microjet) con agua del subsuelo y de la presa Máximo, proyectaba mil caballerías hasta los actuales suelos cañeros del Brasil.
La conocida depresión financiera nacional y el bloqueo, obligaron el cierre de instalaciones económicas citrícolas y escuelas en el campo…y con la consabida migración de la fuerza laboral estudiantil, el marabú y la espesa maleza echó raíces que hoy se ponen al sol por los campesinos de las nuevas fincas integrales de cultivos varios.
Japonés o europeo, el fruto, para muchos el primero de la primavera, pariente cercano o lejano de la manzana y el albaricoque, es tan rico como medicinal.
Su color y aroma quizás no sean atrayentes como el mango, la piña, el platanito… y quizás, consumido esporádica vez cual fruto exótico solo en refresco o batido natural no crea el hábito necesario para la salud, y degustarlo a pulso por su pequeño tamaño y precio de intermediarios -pensaba yo-, se precisan dos sacos: uno lleno de la carnosa fruta y otro de dinero para saciar las ganas contenidas.
Hoy el sol de hacer ilumina los renovados naranjales, con piña y diversos frutales intercalados y una mini-industria casi a la vera de las guardarrayas; sin embargo, los ojos del visitante asombrado se posan en las 107, 3 hectáreas (8 caballerías) de nísperos del tamaño de los mameyes colorao…un cultivo compacto que, según el miembro del Buró Político, Salvador Valdés Mesa, vicepresidente del Consejo de Estado de paso por Sierra de Cubitas, no había visto de tal magnitud en ningún lugar de nuestra la fértil Isla.
SIERRA ROJA DE CAMAGÜEY RECUPERA COLORES
El ingeniero, Raúl Bárcenas González, dirige la Empresa Cítricos de Sierra de Cubitas. Se mueve ágil entre las amplias guardarrayas de naranjas, toronjas, piña, frijol, tomate, plátano y demás cultivos varios ocupantes de las tierras otrora invadidas por el marabú.
“Estamos enfrascados en la diversificación y en elevar la cantidad y calidad de los derivados de las frutas en la mini-industria que ahora produce 2,4 toneladas de siropes, jugos, conservas y dulces en un turno de ocho horas, cuya eficiencia redundará en mejoras salariales para los 300 trabajadores agrícolas e industriales de la empresa”.
Y al mirar la vista atrás, sobre el tapete rojo de espinas desplazadas, el nuevo verdor refleja multitud de dulces y alimenticios colores en progresión.