CAMAGÜEY.- A partir de este lunes 17 de abril y hasta el 23 se efectuará la segunda etapa de la 56 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica en Camagüey, ocasión en que recibirán la reactivación, vía oral, los más de 24 900 niños desde 30 días de nacidos hasta los dos años, 11 meses y 29 días, ya vacunados en el primer período que terminó con éxito en febrero último.

En la venidera fase son incluidos, además, con una dosis de reactivación unos 7 690 pequeños de nueve años de edad, hasta 9 años, 11 meses y 29 días, y como es costumbre, los que presenten fiebre elevada, vómitos o diarreas serán beneficiados con la vacuna la semana subsiguiente.

Por la peculiaridad de coincidir esta etapa con la semana de receso escolar, las autoridades sanitarias instan a las familias a ser consecuentes y reportar el sitio donde se encontrará el menor porque de lo que se trata es de no dejar un solo niño sin este beneficio que, incluso, puede combinarse con las restantes inmunizaciones registradas en el esquema de ese programa, que garantiza la prevención de 13 enfermedades.

Todos los niños de los grupos etarios aludidos tienen su inmunógeno garantizado, porque la operación tiene carácter nacional, en la que participarán los médicos y enfermeros de la familia, otro personal de Salud involucrado en estos menesteres, y representantes de organizaciones comunitarias como la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución. Justamente esa concepción como campaña masiva ha sido el quid del triunfo cubano en la erradicación de la poliomielitis.

Esa temida enfermedad fue erradica en Cuba desde 1962, y desde entonces y hasta el 2016 la población menor de 69 años está protegida por la aplicación de 83 millones 800 000 dosis de vacuna antipoliomielítica.

En ese mismo lapso se mantuvieron eliminadas seis enfermedades prevenibles gracias al programa nacional de vacunación, y algunas formas graves de otras dolencias, mientras el tétanos, la meningitis por Haemophilus influenzae tipo B, la fiebre tifoidal y la meningocócica dejaron de constituir un problema de salud, al presentar tasas inferiores al 0,1 por 100 000 habitantes. Igualmente se redujo la morbilidad y mortalidad de manera notable en la Hepatitis B.