CAMAGÜEY.- Fue el alcalde de la ciudad de Camagüey, el periodista Pedro Mendoza Guerra, quien sugirió tomar como modelo para el conjunto escultórico al Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, el de Simón Bolívar, existente en la ciudad de Caracas y que es una de las más hermosas de los países americanos.

A las nueve de la mañana del 24 de febrero de 1912, luego de las campanadas de la Iglesia Mayor, Juan Antonio Avilés, el corneta que sirviera a las órdenes de Agramonte, efectuó con el clarín mambí el toque de Atiendan Todos, y a continuación la Banda del Cuartel General de la República, bajo la dirección de José Marín Varona, interpretó los acordes del Himno Nacional. De inmediato, Amalia Simoni, viuda del mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz, seguida por su hija Herminia Agramonte, tiró de la cuerda que sostenía la tela de la Enseña Nacional que mantenía cubierta la estatua ecuestre.

Pasado un siglo, la ciudad de Camagüey rememoró este 24 de febrero el acontecimiento que marcó un hito para las crónicas del patrimonio lugareño y sirvió para conmemorar el XX aniversario de la Oficina del Historiador de la Ciudad, prestigiosa institución cultural que representa cuánto de identidad posee el pueblo camagüeyano para con su tierra y sus valores patrios.

Con los años, el Parque Agramonte ha devenido símbolo de aquella idea que venía fraguándose en sucesivas generaciones para rescatar y proteger la historia de la ciudad, defendiendo años de gloria, orgullo de nuestra Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, máximo reconocimiento a los dignos rasgos de identidad camagüeyana adquirida por patrimonio, y legado hoy a nuestras generaciones futuras y de siempre.

Con posterioridad  Antonio Guerrero procedió a la cancelación de una serie de sellos con las imágenes de próceres de nuestras guerras por la independencia.Foto: Orlando Durán Hernández/AdelanteCon posterioridad Antonio Guerrero procedió a la cancelación de una serie de sellos con las imágenes de próceres de nuestras guerras por la independencia.Foto: Orlando Durán Hernández/Adelante 

En esta oportunidad, en la reedición de la histórica fecha que tuvo y tiene de fondo la obertura Patria, de la autoría de José Marín Varona, obra estrenada en aquella oportunidad en 1912 como homenaje al Mayor Ignacio Agramonte y a cargo de la Banda Provincial de Conciertos, estuvo presente el Héroe de la República de Cuba, Antonio Guerrero Rodríguez, junto a las autoridades del Partido Comunista de Cuba y el Gobierno en la provincia y el municipio de Camagüey. Con posterioridad se procedió a la cancelación de una serie de sellos con las imágenes de próceres de nuestras guerras por la independencia.

El 8 de mayo de 1910 la Comisión creada por la Sociedad Popular de Santa Cecilia, entidad social que patrocinó la idea de dotar a la ciudad de una estatua de El Mayor, examinó los resultados del concurso que un año antes había lanzado y hecho circular por todo el mundo. Se presentaron 17 propuestas, pero a juicio del jurado triunfó la del escultor italiano Salvador Boemi, por ser la más hermosa y económica; la comisión organizadora del monumento prefirió que este se realizara por cuestación pública, por lo que para esa fecha se habían reunido 17 000 pesos procedentes tanto del aporte de la población lugareña como de funciones de teatro ofrecidas en Camagüey y Santiago de Cuba; también se recibieron donaciones de colectas de Cienfuegos, Sagua la Grande y Santa Clara.

Boemi, quien en su país esculpió y fundió la estatua en diferentes piezas, la trasladó a Camagüey, donde fue ensamblada sobre tres bases grecorromanas de piedra de granito rosa de Bavena.

En definitiva todo el conjunto mide 7.68 metros de altura, y el caballo y la figura del jinete, 3.30 metros. En los costados del monumento, que son alto relieves, pueden verse a un lado la organización de la caballería camagüeyana y al otro el rescate de Sanguily, dos de los más gloriosos hechos realizados por Agramonte.