CAMAGÜEY.-El papel de los saberes ancestrales y las espiritualidades en la defensa, empoderamiento y dignificación de las mujeres afro-latino-caribeñas e indígenas sobresalió hoy durante la sesión matutina del VI Encuentro José Antonio Aponte in memoriam.

En una inusual representación performática, la MS.c.Maydi Estrada Bayona, profesora de la Universidad de La Habana compartió sus reflexiones acerca de las espiritualidades liberadoras desde el cuerpo de mujeres indígenas y afrocaribeñas, frente a los condicionamientos del ser, el saber y el poder.

Antes de su disertación sedujo al auditorio con un ejercicio de concentración y relajación, a partir de una imagen proyectada en la pared, de pequeños botes en la orilla de una playa frente a la inmensidad del mar perdido en el horizonte, y el sonido del agua, sugerencia del largo y angustioso viaje de la llamada Ruta del Esclavo.

“En las memorias corporales de las mujeres negras hay una huella de fatigas, estados de nostalgias, de peligro e incertidumbre que se transfigura con los rostros que poseen cada tiempo”, enfatizó.

La licenciada de Filosofía refirió la tercera ola feminista, en la década del setenta del pasado siglo, con las protestas de negras e indígenas porque “eran las grandes ausentes de la historia de la mujer”, que convirtieron el concepto mujer negra en identidad político-estratégica contra el racismo.

Estrada Bayona ponderó la Red de Mujeres en Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra, entre otras experiencias recientes, por la concienciación acerca del cuerpo femenino como un mapa, no solo objeto gestante y de placer sexual, sino por su naturaleza primigenia desde la relación entre las comisiones maya y africana.

“Enuncia la necesidad de comprender los procesos de nuestros cuerpos femeninos de la misma manera que la naturaleza hace brotar la vida de lo más profundo de la Tierra”, afirmó de la Red.

En el intercambio, la doctora María del Carmen Domínguez, presidenta del comité científico del “Aponte in momoriam”, destacó la importancia del reconocimiento de la condición humana por encima de todo frente a la colonialidad del pensar y el saber, única manera de romper con tanta violencia en la historia de la humanidad.