CAMAGÜEY.- La mínima insinuación de una visita de Fidel Castro a Camagüey destapaba todas las emociones, por la necesidad inexplicable de vivir cada minuto del principal hombre-noticia de Cuba, que con su ejecutoria cotidiana nos aguzó el sentido de estar en permanente Cobertura de la magnitud, como se ha identificado la exposición multimedia abierta hoy en la apertura del Coloquio Provincial de la Prensa Escrita.

Como primogénito de la Revolución, el periódico Adelante ha tenido el beneficio de las circunstancias. Su colectivo a lo largo del tiempo ha podido estar y ha sabido hacerlo. Basta con hojear las colecciones desde la alborada de enero de 1959. Lo sugieren las imágenes que ahora exponemos con el mayor orgullo sano del mundo. Lograr con dignidad el esbozo ha resultado de los más difíciles ejercicios de aprehensión de tantas vivencias y años.

Cada fotografía, tanto las expuestas sobre cartulina, como las digitales proyectadas en un ordenador y los materiales audiovisuales de Televisión Camagüey, convida al redescubrimiento de los colegas, en plena dinámica. Podemos imaginar las preocupaciones por que no fallara la técnica, el prodigio taquigráfico para con poco anotar el mínimo detalle, la presión de los guardaespaldas para que nadie se pasara un milímetro de lo permisible, el intento por lograr una entrevista, aunque sus declaraciones fueran conversación deliciosa, y hasta las ganas de dejarlo todo para darle un abrazo, pero ser periodista es un deber y exige renuncias humanas.

El diseño cuidadoso del material propicia el diálogo del pasado y el presente, el seguimiento a las prácticas periodísticas en diferentes momentos, alrededor del Comandante en Jefe y en las visibilidades de los protagonistas de los hechos. Por eso confluyen armónicamente las instantáneas de ayer con algún que otro imperfecto que las cámaras de hoy pueden precaver, mas a las cámaras de hoy le queda el deseo de aquellos planos.

El espacio galerístico Nicolás Guillén del periódico Adelante se viste de luces con la Cobertura de la magnitud, una vindicación de los archivos de la historia y la memoria; también deviene un signo de la impronta de nuestro pueblo. La exposición se captura a sí misma en las sensaciones que genera con tanta admiración y afectos por los reporteros camagüeyanos. Ellos tuvieron de cerca a Fidel. Eso les da mucha ventaja y también les refuerza el compromiso de la herencia de la lealtad al Líder por excelencia de una Revolución de, con y para los jóvenes.