Yosel guía a los jóvenes en el mini billar, también creado por ellos mismos y de gran aceptación en los campistas. Foto: Orlando Durán Hernández/Adelante Yosel guía a los jóvenes en el mini billar, también creado por ellos mismos y de gran aceptación en los campistas. Foto: Orlando Durán Hernández/Adelante CAMAGÜEY.- Yosel Viñas Reyes es una de esas personas en la que la sencillez se les nota por encima de la ropa y hablan de solo mirarte. Hace varios años se desempeña como técnico de recreación en el Campismo Los Cangilones ubicado al norte de la ciudad y desde su llegada al lugar varias son las inventivas que desarrolla para garantizar una sana recreación.

“Los directivos del centro plantearon que había que rescatar los juegos tradicionales para los campistas y bueno, me encanta crear cosas nuevas y me metí de a lleno en la tarea.” Explica Viña Reyes mientras acomoda para enseñarnos los más de veinte juegos que poseen.

Arcos y flechas, dados y ajedrez gigantes, entre muchos otros integran el arsenal deportivo que mantienen listos para los visitantes.

“Todo esto salió de nuestras manos. Los hacemos con lo que tengamos cerca y siempre tratamos de crear con lo que ya no utilizamos. Por ejemplo de un carretón viejo recogimos unas argollas grandes que tenía y ahora son las que se tiran para encestarlas en una vara que enterramos en el suelo. Fuera de la mesa de tenis y los otros implementos como las pelotas, lo demás es hecho por nosotros. Siempre se puede hacer algo, el que diga que no es porque no quiere.” Comenta con una sonrisa mientras guía a dos pequeños a jugar con los bolos hechos de madera.

Yosel agrega que una ventaja que tienen son los precios en los que se alquilan estos juegos. “ Varían de tres a un peso en dependencia del tiempo que lo quieran utilizar, eso nos garantiza una fácil demanda. Hay otros que los utilizamos más cuando interactuamos con el público como la pesca de la botella o el de quien le pone la cola al burro. Son juegos tradicionales pero con muy buena aceptación, nuestra cultura es muy rica en ellos y no creo que los utilizamos como es debido.”

Este joven junto a otros tres manejan el barco de la recreación en el lugar, son los mismos que en las noches se cambian de ropa y animan los shows. Entre el ajetreo de varios niños que se divierten con los juegos “criollos” del campismo, lo dejamos y seguimos camino, Yosel disfruta lo que hace, se le da bien.