Y como hay celebraciones y celebraciones, esta gala artística se me antoja de las especiales porque sus protagonistas son especiales, y ofrezco disculpas por las repeticiones. Ellos, los pacientes, fueron capaces de bailar, declamar, hacer pequeñas representaciones teatrales, reflejar el humor criollo y cantar en formato de doblaje o en vivo, algo verdaderamente impactante.

En esta institución rejuvenecida, como expresó su director, el Dr. Carlos Morán Giraldo, se aspira a servicios de excelencia, algo que a primera vista pudiera parecer que ya lo consiguieron. Pensé que detrás de cada actuación se escondía como mínimo un instructor de arte y nada de eso, quienes detectan las inclinaciones de esas personas y los llevan a escena cual arcilla moldeada luego, son los propios técnicos y rehabilitadores, algo asombroso.

Genaro, bien conocido en Camagüey, bailaba al compás de Guajiro Natural, música de Polo Montañez, doblada por el grupo integrado por pacientes. Genaro, bien conocido en Camagüey, bailaba al compás de Guajiro Natural, música de Polo Montañez, doblada por el grupo integrado por pacientes. Mientras los escuchaba venían a mi mente grandes compositores y cantantes como Polo Montañez, Juan Gabriel, Sonia Silvestre, Ricardo Arjona, Benny Moré, y hasta los mejores raperos y charros; unos doblados, otros interpretados con las propias voces de quienes viven en ese hospital, o asisten al modo del conocido como de día, algunos llegaron desde el Hogar de Impedidos Físicos y de diversos centros comunitarios de Salud Mental. Fue también como si Jacob Forever estuviera en su ciudad natal con su famoso Hasta que se seque el malecón que puso a cantar y a bailar a muchos, como mismo ocurrió con las ruedas de Casino.

Me llamó la atención que entre los artistas había trabajadores del centro y rehabilitadores de estas personas que se comportan con educación y decencia y no hubo uno que hiciera galas de ello para que se conociera no estaba enfermo, y para mí eso se llama inclusión, la misma que denotaban algunas lágrimas de alegría y no de compasión de los asistentes, así como esa que desde hace años se encamina allí hacia una proyección comunitaria, acompañada de una amplia dedicación docente e investigativa.

El Dr. Carlos Morán Giraldo, director del centro era estimulado por la Dra. Lirina Perpiñán Lluesma, vicedirectora de Salud Pública en la provincia. El Dr. Carlos Morán Giraldo, director del centro era estimulado por la Dra. Lirina Perpiñán Lluesma, vicedirectora de Salud Pública en la provincia. Palabras de esas que llegan al alma oímos de sus ingresados, como: “¿Dónde encontrar tanto apoyo y amor?”, o aquellas: “Quien entra triste, sale contento”, y ellos, como los niños, no mienten.

Todos, al unísono, hicieron silencio durante un minuto en honor a los tres médicos fallecidos en Ecuador a consecuencia del reciente terremoto; todos, quienes lo conocieron o no, evocaron la figura del Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordaz (ya fallecido), quien fue un hombre sencillo, amoroso y dedicado a la salud mental de una manera ejemplar, llegó a ser Héroe Nacional del Trabajo y recibió de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el Premio de Administración, en septiembre de 1997, y se destacó como director del Hospital Psiquiátrico de La Habana, que hoy lleva su nombre, durante 45 años. Estuvo a favor de la salud mental y sus conceptos llegaban hasta el más mínimo rincón del archipiélago cubano.

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