De los 20 mil asignados a esta provincia, según informó a la ACN Jorge Sánchez Santana, subdirector del Grupo Empresarial de Comercio Interior, unos tres mil se destinaron a su municipio cabecera, donde la venta comenzó el viernes último y ya en este lunes prácticamente se habían agotado en su totalidad.

Contrariada, Amelia explicó que le fue imposible la compra pues las colas eran inmensas, se agotaban los equipos muy rápido pues la disponibilidad en los puntos era escasa en comparación con la afluencia de los clientes, y la expectativa era muy alta ante los beneficios de esa oferta.

Es una opción muy buena, más barata para la economía familiar que el gas licuado, por ejemplo, y ojalá en un futuro se convierta en un producto habitual de la red de Comercio en Cuba, sin que le aumenten los precios, por supuesto, y sin limitar la venta a una por núcleo familiar, comentó esa camagüeyana.

Con ella coincidió la dependiente Elisbel Rodríguez, quien asumió el expendio en una de las tiendas de esta ciudad y confirmó que la demanda fue abrumadora pues todavía hoy, dos días después de agotarse los módulos en su unidad, llegan personas preguntando si habrá más.

Por su parte, el directivo Sánchez Santana precisó que desconoce si se dispondrá de más módulos de inducción en un futuro cercano, aunque esta correspondió a una primera etapa en la cual el Ministerio de Comercio Interior dispuso de 284 mil conjuntos para la venta liberada en todo el país.

Camagüey, por ser uno de los territorios con mayor población, fue de los más beneficiados en cuanto a la cantidad asignada, luego de Villa Clara, Matanzas y La Habana, pero eso evidentemente no satisfizo la demanda, argumentó.

La regulación de vender uno por núcleo familiar, mediante la presentación de la libreta de abastecimiento, se asumió como medida para evitar el acaparamiento y la reventa, aunque debió valorarse una mayor flexibilidad, pues en muchas casas cubanas conviven varios núcleos en un solo domicilio. Otros que sí adquirieron el módulo, como Maritza Pérez Rodríguez, señalaron sus ventajas como el ahorro de electricidad y el acompañamiento con los enseres domésticos por un solo precio.

La cocina de inducción posee una vitrocerámica que calienta directamente el recipiente mediante un campo electromagnético y generan hasta un 30 por ciento de ahorro de energía con respecto a sus similares de resistencia.   

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