El avance en el fomento de los huertos intensivos y la siembra de hortalizas en los 11 organopónicos existentes en el territorio, repartidos entre la Unidad Empresarial de Base (UEB) Atención al productor cañero Brasil y la Empresa Agropecuaria, se potencia el cultivo y la diversificación de vegetales y condimentos frescos.

Más de 10 hectáreas tributan directamente a las zonas urbanas y al consumo social, sin gastos de acopio ni uso de productos químicos. A ello se unen los patios familiares, las parcelas y los productores de las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), donde destacan los campesinos José Pulio de Armas de la CCS “26 de Julio”, Roberto Batista y Aroldo Hernández de la CCS “Jorge Fernández Bello”, este último por sus contribuciones en las cosechas de tomate.

Aunque, en los meses desde noviembre hasta la fecha se aprecia estabilidad en los aportes y la diversidad de ofertas a los centros priorizados, donde se incluyen instituciones de la Salud, Educación y el Sector Militar, aún son insuficientes ante la demanda que se exige. Sin embargo, se aplican estrategias en aras de impulsar acciones para lograr la condición de excelencia.

Entre los temas pendientes queda, lograr la permanencia de la fuerza de trabajo, la producción de semillas, esencial para el desarrollo de nuevos polos y que sigue tropezando con problemas como el pago a los productores, así como intensificar la siembra de frutales en su diversidad, tres tareas que tienen gran impacto por el beneficio inmediato que pueden reportarle a la población.

Otro motivo de inquietud radica en las grandes superficies cubiertas por el marabú, en áreas destinadas a cultivos del programa suburbano, donde el rebrote ha vuelto a ocupar el terreno que se había recuperado para la siembra o la ganadería.

Lo más preocupante es que buena parte de esos campos poseen sistemas de riego o potencialidades para instalarlos, y por su cercanía a las principales zonas urbanas del territorio pudieran reportar beneficios sin mayores costos de transportación.

El Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar en Esmeralda requiere resolver con inmediatez estas dificultades que atentan contra sus resultados productivos, debido a la baja fertilidad de sus suelos y tiene en esa modalidad una de sus opciones más prometedoras.

Queda entonces, que las administraciones actúen con prontitud ante la morosidad y la falta de pertenencia de algunos, que tienen la responsabilidad de hacer producir la tierra para extraer de ella su principal riqueza, que es la de producir alimentos para el pueblo a costos asequibles, sin que medien los intermediarios.

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