José Rodríguez Sunsunegui, jefe de inversiones en la industria, dijo a la AIN que en los en los últimos años se trabajó en obras para evitar que compuestos químicos contaminen el suelo y el agua de la zona donde está enclavada la fábrica, en el municipio de Sibanicú.

Durante la molida de la caña y la elaboración del crudo, así como en las reparaciones y mantenimientos, los ingenios generan productos sólidos y líquidos peligrosos, como ácidos empleados en la limpieza, azúcares, cachaza, grasas, cal y cenizas, cada uno de ellos de mayor o menor agresividad.

Entre las tareas ejecutadas figuró una conductora  de 750 metros de longitud con tubos de  polipropileno de 350 milímetros de diámetro, desde la planta hasta la primera de las dos lagunas de oxidación existentes.

Los residuales hasta el completamiento de esta inversión drenaban hacia el estanque por un tramo de tubos de hormigón y el resto era por una zanja a cielo abierto, lo cual daba la posibilidad de algún derrame o daños a personas o animales que entraran en contacto con los contaminantes.

Otras obras terminadas resultan trampas de grasa, registros para evitar tupiciones, un tanque para neutralizar ácidos y tres fosas sépticas.

Antes de estas inversiones el “Siboney” presentaba el contratiempo de que el escurrimiento pluvial iba junto a los residuales fabriles y humanos hasta las lagunas de oxidación, disminuyendo la capacidad para el propósito que fueron ejecutadas, situación que no ocurrirá ahora.

Las labores en favor del entorno seguirán hasta 2016 con la limpieza y reconstrucción de las dos lagunas de oxidación, además de crear un sistema de ferti-riego para cañaverales cercanos con el agua después de tratada.

El control de los residuales el central Siboney evita daños a la cuenca hidrográfica del río Saramaguacán, una de las tres principales de Camagüey y que descarga en la bahía de Nuevitas.  

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