Más de tres mil 200 fuentes de abasto de la ganadería se han secado y 120 mil animales reciben el agua por camiones cisternas, lo cual incrementa los gastos de combustible.

A su vez, los altos niveles de aridez de los suelos perjudican las cosechas arroceras, la siembra de caña y los proyectos de desarrollo agrícola y ganadero, según  la web de Radio Cadena Agramonte.

Por ejemplo, la presa Jimaguayú, con niveles de captura de peces superiores a los de siete provincias cubanas, y una de las mayores en capacidad del país, de 200 millones de metros cúbicos posibles, está a solo al 10 por ciento de su capacidad y apenas realiza pequeñas y esporádicas entregas a los cañaverales y arrozales de la zona.

En cambio los embalses destinados a la población presentan, hasta el momento, una mejor situación, con alrededor del 48 por ciento de su capacidad, por lo que especialistas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulico en la provincia, descartan una crisis severa en el suministro a corto plazo, aunque exhortan al ahorro.

Destaca entre las presas más deprimidas de este grupo la Mañana de la Santa Ana, principal fuente de los habitantes de la ciudad  portuario-industrial de Nuevitas y el balneario turístico de Santa Lucía, los cuales se abastecen a través del bombeo de agua desde la Cubano-Búlgara hacia el hidrorregulador Las Flores, rehabilitado recientemente.

Hoy las 54 presas de Camagüey se encuentran al 28 por ciento como promedio de llenado, y los expertos vaticinan escasas precipitaciones para los próximos meses.   

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