El incremento en los últimos cuatro años de casi 2 000 féminas a las tierras se debe en buena medida a las facilidades para construir viviendas dentro del área en usufructo que ofrece el Decreto Ley 300, vigente desde diciembre de 2012 y modificado en marzo del año en curso.

Las mujeres adheridas a estas faenas rurales cuentan con la atención de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización que, de conjunto con el MINAG y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, ofrece capacitación y asesoría desde el ámbito laboral hasta el familiar.

“La mujer es decisoria en el trabajo agropecuario. Su rol se aprecia en el trabajo directo en el surco y como componente vital de cada familia beneficiada por el usufructo. ¿Quién no sabe que la cubana no escatima esfuerzos y lo mismo alimenta cerdos o aves que cocina para doce hombres y atiende a los niños?”, comentó Iris Dalia Jiménez, miembro de la dirección provincial de la FMC.

El usufructo constituye hoy la principal vía de ingreso de las mujeres a las labores agropecuarias en Camagüey, que tiene más de 10 000 mujeres ubicadas en las distintas unidades productivas, responsables de la producción de alimentos.

La mayor presencia de la mujer en los campos influye de manera positiva en el reordenamiento del modelo económico cubano, pues no solo incrementa las posibilidades de eficiencia del trabajo actual encaminado a mejorar la seguridad alimentaria nacional, sino que potencia las probabilidades de creación de nuevas familias con apego a los quehaceres rurales.

 
{flike} {plusone} {ttweet}