“El principal reto que tenemos hoy consiste en ampliar la formación de los estudiantes de pedagogía y de los maestros que, ya en las aulas de primaria y secundaria, reciben a los niños provenientes de nuestras escuela, de manera que no los rechacen y tengan los conocimientos necesarios para ofrecerles una atención diferenciada”, declaró a Adelante Digital Dagoberto Hidalgo Basulto, director del Centro provincial de atención a la discapacidad sensorial Antonio Suárez.

También destacó la importancia de lograr un dominio pleno del diagnóstico y de las potencialidades de los alumnos para establecer el trabajo correctivo-compensativo de cada una de las especialidades, y garantizar así la inclusión exitosa en la sociedad.

“Por eso el énfasis de las nuevas políticas en la autopreparación de los educandos, responsables de la calidad del proceso docente-educativo y el intercambio con la familia y la comunidad”, dijo.

La educación especial en Cuba cuenta con asignaturas específicas en función del desarrollo de habilidades para una incorporación plena a la vida social, pero sin dudas, el respeto, la tolerancia y comprensión a las personas discapacitadas es un imperativo.

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