“Con estas reparaciones llegamos a la máxima capacidad instalada, que no significa que logramos una situación desahogada, porque para garantizar cada día las 90 toneladas de la totalidad de productos que elaboramos se necesitan al menos dos calderas en buen estado”, explicó Gilberto Ramos Álvarez, director de la fábrica.

Encargada de la confección de yogur natural y de soya, y de leche descremada, la planta estuvo paralizada durante enero y febrero, debido a un proceso de mantenimiento en las estructuras de los locales.

En aquel lapso, también se remozaron tuberías y equipos tecnológicos en los departamentos de mantequilla, embolsado, molinado de soya y el de recibo de leche, de los cuales destaca el arreglo de un condensador de amoníaco, y la instalación de uno nuevo, para garantizar la capacidad de enfriamiento que necesita la Pasteurizadora.

Para satisfacer la demanda del municipio cabecera, mientras duró la rotura, la Empresa de Productos Lácteos de Camagüey (EMPLAC) trajo desde Nuevitas y su coterránea La Vaquita, yogur natural, destinado a las personas con dietas médicas , los círculos infantiles y los hogares de ancianos; el de soya, para niños de siete a 13 años; desde Holguín y Ciego de Ávila; y la leche se trasladó desde Jimaguayú, Sibanicú y Florida, que también aportó de los dos tipos de yogures, según declaró Carlos Agramonte Reyna, director del balance y ventas de la EMPLAC.

Además de abaratar los costos de producción por el traslado de la materia prima, los cambios en la Pasteurizadora deben evitar la inestabilidad del suministro lácteo y el cambio de leche por yogur en algunas rutas, evidenciada por estos días.

Según estiman los directivos de la fábrica y la EMPLAC, en los meses venideros, gracias al aumento de las entregas propio de la primavera, deben recuperar las más de 500 toneladas de deudas con respecto al plan anual que supera las 6 000 toneladas entre yogur y leche.


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