De ese número corresponden tres al municipio de Camagüey, localizadas en las inmediaciones  del  reparto Sánchez Soto  y en los predios de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte”, y las dos restantes, en El Platanal, en Minas y El Polígono en Santa Lucia, perteneciente a Nuevitas.

La provincia supera las mil tendederas, nacidas por falta de vigilancia de las entidades, encargadas de que no proliferaran como ilegalidad, mientras es válido recordar que ha sido interés del Estado de que el servicio eléctrico llegue a los más apartados rincones, ratificado en el hecho de que la electrificación abarca el 97% del territorio.

Todas no pueden ser eliminadas a la misma vez por varias razones, entre ellas, la capacidad financiera y de recursos humanos y materiales, estos últimos con la necesaria adquisición de los aseguramientos en el mercado foráneo.

El costo de una tendedera, según la fuente, oscila entre 40 000 y 100 000 pesos, de ellos alrededor del 48% en moneda convertible.

Cálculos estimados indican que en este solo frente el monto en dinero en el 2015 es de un millón 313 mil 825 pesos.

Los principales recursos que se utilizan para eliminar las tendederas son postes de 30 y 35 pies, conductores eléctricos de cobre y aluminio, transformadores, metros contadores de energía, cables tensores y anclas para retención de las tensiones, herrajes de sujeción de todo tipo y los aisladores, estos últimos deficitarios en el país en estos momentos.


{flike} {plusone} {ttweet}