Sus colegas del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), lo acogieron como lo que es un héroe de estos tiempos, aunque él y sus compañeros se resistan a admitirlo, debido a la sencillez y humildad que los caracteriza.

En las palabras de bienvenida trascendió que una vez más el amor, la solidaridad, la satisfacción de calmar el dolor ajeno, de trabajar en silencio y ver la felicidad reflejada en los rostros de las personas que reciben sus servicios, estén donde estén, sobresalió en hombres como este que dejó atrás a los suyos y arriesgó su propia vida por los más desfavorecidos de este mundo.

Sobradas razones hay para elogiar a este hombre que cuenta en su haber con tres misiones internacionalistas anteriores: en las Repúblicas de Guatemala, Venezuela y Haití.

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