Según reporta la AIN desde La Habana, el plan recoge un conjunto de medidas a corto, mediano y largo plazos que erradiquen gradualmente los principales focos contaminantes, con especial énfasis en las grandes industrias como la de Alambres y Electrodos, Cemento 26 de Julio, Fertilizantes Revolución de Octubre y la Termoeléctrica 10 de Octubre.

También incluye la cuenca hidrográfica del río Saramaguacán, la más extensa de la provincia, cuyas aguas desembocan en esta bahía y arrastran consigo residuos provenientes, entre otras fuentes contaminantes, del central azucarero Siboney y de los poblados de Sibanicú y Nuevitas.

El proyecto prevé la rehabilitación o construcción de sistemas de tratamiento de residuales, el mantenimiento de las lagunas de oxidación, la eliminación de salideros y la limpieza de canales y drenajes, acciones que deberán incluirse en los planes inversionistas de cada una de las entidades implicadas.

Andrea Armas Rodríguez, delegada provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, explica que para la conservación del ecosistema es de gran importancia el estricto respeto de las regulaciones vigentes, única manera de preservar la vida en la zona.

La Bahía de Nuevitas es considerada por los especialistas como una de las más saludables del país en términos de contaminación, sin embargo, no escapa de los males ocasionados por el sistemático vertimiento de sustancias tóxicas en sus aguas.

Desde 1997 existe un grupo de trabajo integrado por 28 organismos y entidades para contribuir al rescate de la ensenada de 42 kilómetros cuadrados, donde convergen actividades económicas como la marítimo-portuaria, turística, pesquera e industrial. 

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