La producción del presente calendario supera en 200 toneladas a las 800 conseguidas en el 2013, y para cuando culmine el próximo diciembre se prevé que el acopio ascienda a 1 200 toneladas.

Con el auge de las siembras, sobre todo, en el sector cooperativo durante el pasado y el actual año, también llega el desafío de mantener en buen estado las plantaciones, para ello existe una estrategia donde se prioriza la capacitación y la selección de los terrenos y productores, según explicó Guillermo Rodríguez Llópiz, subdelegado provincial del Ministerio de la Agricultura.

El directivo reveló el manejo de los cultivos como la llave del éxito, "los platanales de esta variedad deben plantarse de forma anual para evitar mermas en los rendimientos, que también se incrementan a partir del cultivo extradenso o semi extradenso, que al acercar la distancia entre las plantas hasta un metro provoca mayores producciones", argumentó el subdelegado, quien insistió en la necesaria equidad del tamaño de la semilla para lograr el 100% de productividad de cada planta.

Además del aumento de las áreas en explotación agrícola, el buen clima, el mejoramiento con la estabilidad de entrega de fertilizantes a los productores y un precio de 3 587 pesos por tonelada, incidieron en el desarrollo del plátano vianda, conocido popularmente como plátano macho.

"Hemos disminuido las compras en otras provincias como Ciego de Ávila, de este tipo de plátano, y aspiramos a partir de los próximos años a crecer en autosuficiencia alimentaria", puntualizó Guillermo Rodríguez, subdelegado de la Agricultura en Camagüey.

En coherencia con el dirigente, opinó Amparo Rodríguez Pacheco, ama de casa: "Hace unos meses que en los mercados estatales y en los particulares se ve mucho más el plátano macho, ojalá que siga así a ver si bajan un poco los precios, que están a casi dos pesos la libra por el Estado, que está vendiendo casi tan caro como los vendedores ambulantes, que te venden dos plántanos por cinco pesos".

Este alimento, de varios usos en la cocina tradicional de la región, menguó en la campiña camagüeyana de manera notable luego de la afectación de más de 1 300 hectáreas por la sigatoka negra, por eso hace más de 20 años se introdujeron en el territorio otras variedades de plátano conocidas como burro, de menos aceptación popular, pero de mayor resistencia a la sequía y a las enfermedades, y de más durabilidad productiva.

Vertientes, Esmeralda y Guáimaro encabezan la producción de plátano vianda en Camagüey, y el sector cooperativo y campesino lidera la obtención de este alimento.

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