Por estos días hombres y mujeres llegan al Salón Estilo Barbería Peluquería Flor de Loto, en el Centro Comercial Santa Rosa, en busca de un cambio para su imagen, pero también curiosamente, disfrutan del arte que en lienzos y paredes ofrece un pintor.

Leonardo Pablo Rodríguez Martínez, encontró en este lugar no sólo la oportunidad para mostrar la magia de sus pinceles, sino también la ocasión para diseñar junto a un amigo un lugar que debía ser diferente a todos.

"Cuando el Chino, que se convirtió en amigo gracias a que logró pelarme como a mí gustaba, me propuso el proyecto de diseñar junto a él su peluquería, enseguida supe que debía convertirla en un sitio diferente, fresco, atrevido, salido de los cánones convencionales, algo muy a tono con la renovación que se llevaba a cabo en la ciudad a propósito del 500 aniversario de la villa".

Lo primero fue renunciar a los afiches y carteles de mujeres con peinados y maquillajes, o de productos de peluquería como aparecen en casi la totalidad de los centros de este tipo. "El diseño debía estar a tono con la energía del lugar, mostrar la belleza, el glamour, lo fashion, y qué mejor recurso que los retratos para este fin".

La preferencia de Leonardo por el rojo y el negro a la hora de pintar vienen desde sus años de formación en la Academia de las Artes Vicentina de la Torre. "En mi obra utilizo mucho ambos colores como contraste; el rojo es lo llamativo, refleja lo ardiente, candente, ardiente y hasta lo exótico o erótico que existe en la vida; y el negro se asocia siempre a la contrapartida de todo".

Los cuadros de la "Flor de Loto" reflejan rostros de mujeres en los que resaltan peinados y maquillajes que inspiran la sensualidad propia del género femenino. "Utilizar a la mujer como centro de las obras fue lo primero que vino a mi mente, -explica el artista- si bien no quería afiches en ese intento de lograr un espacio diferente, tampoco quería apartarme por completo de lo que normalmente se ve en un salón de belleza o en una revista de modas. Era dar la idea no de una mujer despeinada, sino de esa mujer que viene a peinarse".

Los que llegan en busca de una nueva imagen, encuentran en este Salón Estilo un sitio acogedor en el que las pinturas no son más que una nueva manera de mostrar lo que allí se hace: peluquería, barbería, manicure y limpieza de cutis.

Mezclar el arte con la peluquería no es desacertado para Leonardo; a su juicio "desde la hora en punto en que alguien logra hacer algo hermoso con sus manos es un artista, independientemente del significado de este término. Cuando haces un peinado o un corte en el cabello, imprimes tu sello personal y eso te convierte también en el artista de tu obra".

La flor de loto no sólo concedió a este sitio su nombre, sino también ofreció al arte la oportunidad de renacer en cualquier lugar. Al igual que Leonardo en la pared o el lienzo, otros creadores muestran su vocación en rostros y cabelleras.

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