CAMAGÜEY.- Durante tres días y con el acicate del aniversario 78 de fundado el hospital universitario Ginecobstétrico Ana Betancourt, de esta ciudad, celebrado el 11 de mayo último, se realiza la XLI Jornada Científica Provincial de Ginecología y Obstetricia 2019, en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, con la presentación de más de 50 trabajos en diversas modalidades, los cuales devinieron riguroso intercambio de conocimientos.
El Dr. Sigfrido Valdés Dacal, especialista de 2do. Grado en Obstetricia, Profesor Auxiliar y Máster en Atención Integral a la Mujer, se refirió al: Consentimiento informado, necesidad de su aplicación en los tiempos actuales, con la certeza de que constituye un reto ético, la renuncia al monopolio del poder del profesional de la Salud, aunque se precisa de no dejar de explicar al paciente los criterios médicos ante el uso de un proceder determinado y dedicar un espacio adecuado, siempre mediante la conversación, son pasos a tener en cuenta bajo el precepto de hacer siempre el bien.
En este sentido debe tenerse en cuenta cómo abundan las personas dadas a preferir la cesárea antes que el parto fisiológico, práctica a la que solo debe llegarse por el criterio médico muy bien fundamentado.
La mesa destinada a analizar los procederes relacionados con la perinatología (período que comienza en la semana 28 de gestación, y culmina siete días después del parto), trascendió porque en esa etapa influyen las edades extremas para parir, como en las menores de 20 años o mayores de 35, en la aparición de la preeclampsia (estado enfermizo de la mujer en el embarazo que se caracteriza por hipertensión arterial, edemas, presencia de proteínas en la orina y aumento excesivo de peso).
También fue expuesto el uso del Misofar (prostaglandina que favorece las condiciones del cérvix o cuello uterino y lleva a las mujeres al parto transpelviano), utilizado en este hospital bajo consentimiento informado desde el 2017, con muy buenos resultados porque ha revolucionado la obstetricia, y para bien, al disminuirse el número de partos inducidos y las cesáreas.
En las investigaciones presentadas sobresalió no solo la labor del ginecobstetra por el bien de las gestantes y en alcanzar el propósito de que cada una reciba el alta hospitalaria con su hijo en brazos, porque igual influyen los neonatólogos, anestesiólogos, intensivistas, clínicos, genetistas y otros especialistas afines, participantes en la cita.
El Dr. Alfredo Olivera Merino tuvo a su cargo: Apuntes de la memoria, que resultó un aporte obligado e ineludible para no olvidar a quienes antecedieron a las nuevas generaciones en el ejercicio de tan noble profesión, incluso, algunos aún en activo.
El pionero en el uso de la laparoscopia fue el Dr. Humberto Pérez Sarría, y en las consultas de infertilidad acompañado por el Dr. Jorge López del Castillo, ya fallecidos. El servicio de perinatología fue iniciado por los doctores Nuris Nabas y Olivera Merino.
Mencionó igualmente a la Dra. Riselda Ruiz como precursora en los menesteres del uso del ultrasonido y a la Dra. Olimpia Pérez Rangel, quien fue la primera intensivista en un centro hospitalario de ese tipo en Cuba y que aún ofrece sus servicios allí.
De acuerdo con lo expuesto por el Dr. Olivera, al cierre de 1973 la tasa de mortalidad infantil superaba los 20 fallecidos por mil nacidos vivos; sin embargo, el reporte del 2018 fue de 0,6.
Contenidos vitales abordados fueron: Manejo de la vía aérea difícil, tema abordado por varios especialistas en anestesiología y reanimación; Morbilidad más frecuente en nuestro medio de la preeclampsia agravada; y la morbimortalidad materna por embarazo ectópico operado en terapia intensiva.
Valdés Dacal, quien es además director del “Ana Betancourt”, segundo hospital de su tipo en Cuba debido a la cantidad de partos anuales, los que superan los 6 000 como promedio, dio a conocer que la tasa de mortalidad infantil en lo que va de año es de 2,7 fallecidos por cada mil nacidos vivos, y si bien los partos ascienden a más de 2 100, representan 250 menos que en igual etapa del 2018.