El intercambio, con la asistencia de fundadores y jóvenes que dirigen en los CDR, tuvo lugar en el Museo Ignacio Agramonte de la ciudad de Camagüey, donde en 1960 funcionó la comisión organizadora de la institución.
Israel Ruiz, primer coordinador provincial, aseguró que los primeros miembros de la organización de masas, fundada por Fidel el 28 de septiembre de 1960, conocieron de cerca las escaladas del terrorismo de Estado, promovido por el gobiernos de los EE.UU.

Los primeros cederistas fueron víctimas y muchas veces capaces de neutralizar atentados, colocación de explosivos, sabotajes y la especulación de artículos de primera necesidad.

"Por eso en 1961 se hizo el censo de la grasa y el control de otros productos que garantizó que todos comiéramos y tuvieron al menos un par de zapatos.."

Recordó Israel al adolescente Enrique Atiénzar Rivero, actualmente periodista del semanario Adelante e hijo de uno de los comisionados encargados de crear los comités a nivel de manzana, centro laboral y zonas rurales.

Enrique creó en la emisora CMJK un programa de radio y desarrolló acciones de propaganda para desenmascarar a los contrarrevolucionarios que trataban de confundir y engañar al pueblo.

Otros asistentes al panel recordaron cómo, durante la invasión por Playa Girón, los CDR neutralizaron a la quinta columna que pretendía sabotear la economía.

Durante la crisis de los misiles (octubre de 1962) los CDR prepararon a la población para un eventual ataque del enemigo.

Uno de las acciones más importantes de la organización desde aquella época fueron las asambleas de críticas y autocríticas en cada barrio, que contribuyeron hacer más transparente y democrático el proceso revolucionario en la base y el hecho de que la organización fuera extrayendo sus cuadros de las propias masas.

Rosa Úrsula González Pulido, una líder muy popular en la década de los 70 y que lideró la organización, cuando la provincia se extendía hasta Ciego de Ávila, se refirió a la etapa de consolidación de los CDR, momento que convocó su Primer Congreso (1977) y los plenos que lo antecedieron donde Fidel, todos los años, se reunía con los dirigentes de la organización de masas, hasta la instancia municipal.

Ella viabilizó la tarea de liberar de obstáculos (piedras y maderos) los campos cañeros, para que las primeras máquinas combinadas pudieran cortar la caña de azúcar (1974). Por aquellos tiempos se declararon "Jardín" los barrios en saludo al primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (1975).

La primera mujer en dirigir los CDR de una provincia puso de ejemplo el poder de movilización de la organización que llenaba plazas, camiones para los trabajos voluntarios, como aquel 28 de septiembre de 1977 en la Plaza Joaquín de Agüero, cuando convocaron una manifestación para las ocho de la noche, hora en que terminaban las muy seguidas aventuras televisivas de Enrique de Lagardere. A la hora marcada el lugar permaneció vacío, pero pocos minutos después una ola humana irrumpió en el amplio espacio, para sorprender a todos.

Rosa vivió los años en que tuvieron que organizar las Marchas del pueblo combatiente y el sistema de Guerra de todo el pueblo, cuando la administración de Ronald Reagan amenazó con atacar la isla.

El ingeniero José Luis Ponce de León, representando a la nueva generación de cederistas citó las palabras de Fidel en 1992 cuando dijo que si los CDR no se hubiesen fundado aquel 28 de septiembre de 1960, habrían nacido ahora, refiriéndose al periodo especial en tiempo de paz .

También rememoró al líder de la Revolución cubana cuando volvió hablar en la terraza norte del antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, reiteró el mismo llamado hecho allí 50 años antes, recordando que los CDR tenían la misma misión de aquella eterna noche.

El joven cederista interesado en investigar la historia dijo que la organización tiene el privilegio de contar con un presidente como líder de cada barrio, algo único en el mundo, y que tiene el poder por sus condiciones morales y revolucionarias de guiar a sus vecinos hacia proyectos nobles de paz y convivencia social, defendiendo la Revolución en todos los terrenos.

El presidente de un CDR- dijo- no necesita orientación expresa, la tiene siempre: defender la Revolución en cualquier momento y circunstancia. Esas convicciones en los ideales de cualquier revolucionario sucedió con nuestros 5 héroes que separados uno de otro, sin ningún tipo de comunicación, dentro de un hueco carcelario seguían aferrados a sus convicciones desde lo más hondo de una cueva. O el caso de Villavicencio en su larga prisión de Somalia y otros tantos cubanos y cubanas que solos o bajo alto riesgo se mantienen firmes al lado de la Revolución.

El diálogo entre generaciones, organizado por un grupo de fundadores de los CDR y sus familiares tendió a desarrollar acciones para promover en los niños y jóvenes, el conocimiento de la historia de los Comités de Defensa de la Revolución que es también la historia del pueblo combatiente.

Este encuentro con la historia ayudó a comprender por qué el imperio norteamericano odia tanto a los CDR y sus afiliados, lo refrenda la Ley Helms Burton, donde aparece en uno de sus requisitos para una "Cuba Libre" la disolución de los Comités de Defensa de la Revolución y la organización de una policía profesional para procesar a muchos de los miembros de los CDR.

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