Los pesos corporales de riesgo más peligrosos para la salud del bebé son los de menos de mil y de mil 500 gramos, y están entre las principales causas de mortalidad infantil de esa institución.

Sigfrido Valdés Dacal, director del centro, alertó sobre la necesidad de tomar esa mejoría como un incentivo para fortalecer el trabajo en la disminución de los factores de riesgo preconcepcional y durante el embarazo, desde la atención primaria, pues la prematuridad y el consecuente bajo peso están asociados a variables modificables.

Entre ellas están la hipertensión arterial, el tabaquismo y el alcoholismo, las infecciones de transmisión sexual y una mala nutrición, todas prevenibles si se realiza una adecuada planificación familiar, un diagnóstico precoz de la gestación y un seguimiento eficaz.

La doctora Yaquelín Ponce de León, funcionaria del Programa de Atención Materno-Infantil en la provincia, confirmó que de modo general en el territorio se mantiene un alto por ciento de supervivencia de los bebés bajo peso, pero que esa tendencia se incrementó desde 2013 hasta 2014.

Acciones preventivas se ejecutan a nivel primario de atención, y con asesoramiento de especialistas, como charlas educativas sobre planificación familiar y riesgo preconcepcional, uso de la progesterona en embarazadas para prevenir la prematuridad en el parto, y la promoción de la administración de tabletas de ácido fólico.

También se capacitan a los médicos recién graduados, sobre todo los ubicados en parajes de difícil acceso, para un mayor control de las embarazadas de esos lugares, aunque la doctora Ponce de León insistió en la responsabilidad de la familia, y sobre todo de la pareja, en la protección de la gestación.

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