PANAMÁ.- La cultura como ente transformador de mentes y la calidad de vida es uno de los objetivos del proyecto que desarrolla la joven camagüeyana Claudia Esther Roma Diego, como parte de su inserción docente aquí.

Desde hace poco más de un mes, 14 estudiantes de tercero y cuarto años de las universidades de La Habana, Camagüey y la Central de las Villas llegaron a Panamá como parte de un programa de intercambio educativo gubernamental que se extenderá por seis meses.

Roma Diego, quien en Cuba cursa el cuarto año de la licenciatura en Estudios Socioculturales en la Universidad de Camagüey, ofreció detalles sobre el trabajo que realiza de conjunto con la vicedecana de la Universidad Especializada de las Américas, donde está insertada.

"Acá trabajaré con adolescentes que presentan problemas con las adicciones, personas que viven en las calles y jóvenes recluidos en centro penitenciarios", dijo.

Precisó que la idea es realizar actividades comunitarias, al igual que hace la Policía en barrios de riesgos, para prevenir hechos delincuenciales y mejorar la calidad de vida de sus habitantes; sin embargo, muy pocos proyectos realizan transformaciones desde lo cultural.

"A veces no se tienen recursos económicos suficientes para ayudar a las personas, pero con voluntad y actividades artísticas, uno es capaz de motivar las ganas de vivir, trabajar, hacer algo útil o salir de un problema de adicción", afirmó la estudiante, quien explicó que entre las actividades docentes también está previsto la realización de voluntariados en comunidades apartadas.

Pese al poco tiempo de estancia en suelo canalero, la joven universitaria ya ha compartido con sus compañeros panameños, chilenos, australianos, egipcios y japoneses muchos aspectos de la cultura de esos países, desde el punto de vista de la gastronomía, el léxico y vocablos propios de las tribus indígenas de Chile.

Al hablar de su labor comunitaria en Cuba como parte del proyecto Pensarte, insistió en el papel de la cultura y el arte para realizar transformaciones sociales.

"Antes de viajar a Panamá trabajé con las casas de abuelo y en el pediátrico, especialmente con los niños que presentan problemas de nefrología, porque al igual que los afectados por el cáncer pasan mucho tiempo en el hospital y tienen una vida muy monótona, por eso desarrollamos actividades culturales que incentivan los deseos de vivir", explicó.

Por primera vez universitarios de la isla caribeña, del curso regular, viajan a la nación centroamericana para recibir clases en tres universidades, como parte del Programa de Movilidad Estudiantil que promueve la Cancillería panameña dentro del Plan Internacional Panamá Coopera 2030, que en esta ocasión está dirigido a educandos de Australia, Chile, Cuba, Egipto, Indonesia y Japón.