CAMAGÜEY.- El uso del inmunógeno Gavac complementa todo lo relacionado con la lucha contra la garrapata, sobre todo el boophilus, el que más afecta a la masa ganadera, así dijo a la prensa el Dr. Manuel Peláez Reyes, jefe del departamento de Epizootiología de la Dirección de Sanidad Animal (DSA) del Ministerio de la Agricultura, a propósito del VI Taller Nacional de Productos Estratégicos Agropecuarios, realizado en esta ciudad.

En este caso solo se analiza la aplicación de la vacuna, como parte de un programa integrado, porque, según explicó, otras medidas zootécnicas igual deben cumplirse. La vacuna por sí sola no resuelve el problema, hay que chapear los potreros, proteger a los animales cuando son movidos de lugar, no deben agruparse los vacunados con los que no lo están.

Al cierre del 2015 fue baja la incorporación de animales a este plan de vacunación y a partir del año siguiente, con el inicio de este tipo de encuentros, comenzó una nueva etapa y para bien, porque trazamos el seguimiento y atención debidos, de conjunto el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), y la capacitación al productor, sobre todo a aquellos identificados como líderes, abundó.

Ya suman más de un millón los animales incorporados a la campaña de vacunación con el Gavac y según la opinión del Dr. Peláez, se necesita ampliar lo alcanzado con una base técnica que determine las áreas de mayor riesgo.

El esquema de vacunación está previsto con una dosis desde el día cero que puede ser hasta al mes de nacido, una segunda dosis de refuerzo al término de los 25 o 30 días y a partir de entonces se mantiene cada seis meses.

El inmunógeno no exime el uso de productos químicos porque estos responden al nivel de infestación luego de contar las garrapatas en el animal, pero abundó Peláez Reyes, si se logra una tasa de inmunización adecuada con el uso preciso del químico el período de este se prolonga; antes del programa mencionado en algunas empresas los animales eran bañados cada siete y 14 días de manera sistemática, mientras donde se alcanza un buen trabajo se realizan a los 200, 300 días y hasta al año, lo cual evita que aparezcan enfermedades asociadas que vienen con la garrapata, como las hemoparasitarias.

Sin lugar a dudas, hemos avanzado, aseguró, ahora se trata de seguir consolidando el trabajo y llamar a hacer mejor las cosas. La reducción de productos químicos afecta menos al ambiente, y reduce daños a los animales, pues el día de ese baño baja la producción de leche porque es sometido a un estrés, además, el producto expansiona gases tóxicos al ambiente y las personas que intervienen pueden ser afectadas, sin olvidar la implicación en la economía, porque algunos son importados y hasta el nacional necesita de materias primas que deben adquirirse en el exterior.

Mantener lo logrado, perfeccionarlo y ganar en calidad, no crecer tanto en cantidad sino en sostenibilidad, son tareas de primer orden a seguir, comentó.