CAMAGÜEY.- El teatro Dr. Rafael Pila Pérez, del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad, resultó pequeño ante las muestras de solidaridad de sus trabajadores, en representación de los más de 2 275, hacia el pueblo hermano de la República Bolivariana de Venezuela y su Gobierno Constitucional, quienes firmaron en contra de la injerencia de los Estados Unidos de Norteamérica y su propósito de instalar allí el Gobierno “made in #Washington”.

Quedó claro que la cacareada “ayuda humanitaria” es mil veces inferior al daño económico provocado por el bloqueo impuesto por los EE.UU. a Venezuela, situación contradictoria a las claras. La firma de los trabajadores de esa institución hospitalaria, con 154 colaboradores en 30 países, de estos 65 en la nación que hoy quiere ser masacrada por el imperio del Norte, dejó claro cuáles son los principios de los cubanos, basados en la solidaridad, la hermandad, la paz y la determinación de los pueblos de decidir el futuro del sistema social a seguir.

La Dra. Yordanka Torres Báez, especialista en Coloproctología del centro, cumplió misión internacionalista en Venezuela desde el 2004 al 2008 en el Estado Zulia, donde estaba Manuel Rosales al frente y era opositor del Gobierno; sin embargo, dijo: “Él ganaba sus votos porque adoptaba los mismos métodos que Hugo Rafael Chávez, al que se denominaba Barrio Adentro con los cubanos, lo llamaba Barrio a barrio con los nativos, quiere decir que los beneficios no estaban mal fundamentados.

“Me consta, abundó, que había armonía en las fronteras, incluso, venían colombianos a atenderse con nosotros y PDVSA nos apadrinaba. Lo que viví en ese país nada tiene que ver con las declaraciones del presidente Donald Trump y su gente, los venezolanos tenían educación, salud, paz y libertad garantizadas”.