Foto: Leandro Pérez Pérez/AdelanteFoto: Leandro Pérez Pérez/AdelanteCAMAGÜEY. -El himno de los agradecidos, como también ha calado el tema Cabalgando con Fidel, de Raúl Torres, vuelve a la plaza con el lenguaje danzario del coreógrafo José Antonio Chávez para su Ballet de Camagüey.

“Hay canciones para ser oídas. Las hay hechas con sentimiento pero sientes que las puedes representar. Eso me pasó con la de Raúl e imaginé a los bailarines haciéndola. Se dio la oportunidad de coreografiarla casi enseguida. Fue tanta la inspiración que se pudo resolver”, cuenta a Adelante Digital.

De la primera vez, en la vigilia del primero de diciembre del 2016, a la versión actual los cambios fueron mínimos, aunque el maestro Chávez reconoce que ha madurado el concepto de trabajar con los bailarines.

“Técnicamente la coreografía no ofrece grandes dificultades. Consiste en el manejo del grupo y la manera de diseñar la forma para moverse con sobriedad en el espacio. La coreografía no siempre es buscar un despliegue de malabarismo y grandes aptitudes. La coreografía puede ser un bailarín caminando por el escenario. Si camina consciente de la intención puede tener un efecto tremendo”, afirma.

Hoy el Ballet de Camagüey cumple 51 años, y usted está aquí bailando todavía en el cuerpo de los más jóvenes de la compañía, ¿qué piensa de eso?

—Se dice fácil: 51 años. Recuerdo mi entrada en el Ballet hace 49 años. Me parece mentira que pasara tanto tiempo. Me he enriquecido como ser humano y me he preparado para ayudar a las personas a mi alrededor. Todavía tengo cosas por decir y puede resultar interesante mi método o mi forma. Aunque en mi cuerpo haya setenta y tantos años, mi espíritu todavía es joven.