CAMAGÜEY.- Con una disertación sobre las tendencias que marcaron la decisión de los camagüeyanos para incorporarse a la guerra iniciada por Carlos Manuel de Céspedes hace 150 años, comenzó en esta ciudad el Congreso provincial de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC).

A cargo de la destacada investigadora Elda Cento, Premio Nacional de Historia y miembro del ejecutivo nacional de la UNHIC, la conferencia Reformismo versus Independentismo, atrajo la atención de estudiantes y profesores, quienes conocieron sobre los conflictos existentes entre los defensores de ambas corrientes de pensamiento en la región de Puerto Príncipe.

Entre los camagüeyanos de la época estaban los dispuestos a la guerra y los que aceptaban las reformas con garantías de libertad que les ofrecían las autoridades de la metrópoli española, explicó Cento, quien destacó que la insurrección en esta tierra era un legado familiar, demostrado anteriormente al 10 de octubre de 1868, y después de esa fecha.

Aunque el alzamiento de Céspedes en La Demajagua no fue secundado inmediatamente por las partidas del Camagüey, en espera de su jefe Salvador Cisneros Betancourt, sí se produjeron levantamientos aislados en apoyo al bayamés, aseguró Elda Cento, al citar referencias históricas que mencionan la participación de entre 200 y 300 insurrectos en varios territorios como Nuevitas.

Decisiva resultó la intervención del joven Ignacio Agramonte en la Reunión de Las Minas, dos semanas posteriores al grito de Independencia de Cuba, al expresar “…acaben de una vez los cabildeos, las torpes dilaciones, las demandas que humillan. Cuba no tiene más camino que conquistar su redención arrancándosela a España por la fuerza de las armas”, recordó la historiadora.

Esas palabras del patriota camagüeyano se consolidaron 25 días después, el 4 de noviembre de 1868, en el Alzamiento de las Clavellinas, hecho con el cual la entonces región de Puerto Príncipe se incorpora de manera definitiva a las luchas por la Independencia de Cuba, concluyó.

Oreidis Pimentel, especialista de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, en nombre de los jóvenes presentes agradeció el conocimiento transmitido y manifestó la necesidad de promover más investigaciones que arrojen luz sobre los hechos y principales actores que marcaron los acontecimientos de esa etapa revolucionaria.

Las sesiones del Congreso continuaron con exposiciones y debates sobre las luchas por la independencia nacional entre 1868 y 1898, los movimientos sociales, personalidades, estudios de racialidad, discriminación y emigración en la República, y los problemas teóricos y metodológicos de la investigación histórica y la enseñanza de la Historia.