CAMAGÜEY.- Una de las líneas de investigación científica con mejores resultados en la historia de la Universidad de Camagüey (UC) Ignacio Agramonte Loynaz es la dedicada a la Biotecnología, sin embargo, su aporte a la ciencia cubana y mundial pudiera ser mucho mayor si no existiera el bloqueo económico, financiero y comercial que desde hace más de medio siglo impone a nuestro país el Gobierno de los Estados Unidos.

Sobre las afectaciones por causa de esta injusta medida comercial, pudiera escribir un libro el Dr. C. Luis Ramos, líder de esta línea y del grupo de investigación de los procesos en el laboratorio de la planta piloto que tiene el centro para investigar sobre la biomasa y la obtención de productos beneficiosos para la sociedad.

“La primera gran afectación responde a la escasa disponibilidad de recursos financieros para la investigación, que llegó desde los años ‘90 cuando el bloqueo influyó negativamente en la fructífera relación que tenía Cuba con la Unión Europea. En la actualidad hemos adquirido capital en el Viejo Continente, pero, el equipamiento que podemos comprar fuera menos costoso si nos permitieran obtenerlo en Estados Unidos, lógicamente un mercado más barato y cercano”.

—¿También es complicado el acceso de los jóvenes cubanos a la comunidad científica internacional?

—Sí. Tenemos proyectos con instituciones norteamericanas y hemos hecho algunas acciones demasiado restringidas debido al bloqueo. Las posibilidades de intercambio académico iban bien en el mandato de Obama y con la nueva administración el ambiente para la cooperación volvió a ser desfavorable. Por ejemplo: para cumplir con una invitación oficial de una universidad norteamericana tenemos que buscar visas por un tercer país por lo que es mayor el precio y más engorrosos los trámites.

“A lo anterior le agrego una anécdota personal. En una ocasión envié un trabajo a un Congreso Internacional y cuando fui a pagar mi participación el sitio del evento rechazó la solicitud por ser cubano y el banco estadounidense que patrocinaba el certamen lo tenía prohibido”.

—El poco acceso a la bibliografía también daña la formación del profesional.

—A profesores y estudiantes de la UC que investigan la Biotecnología, el bloqueo les impide acceder a la bibliografía y las publicaciones científicas actualizadas y de mayor nivel, pues por lo general muchas de las mejores tienen base en EE.UU. y la prohibición, por diversas naturalezas, incluida la del comercio, limita el acceso a esos artículos.

“A principios de los ‘90 del siglo pasado salió publicado uno de los libros básicos para el aprendizaje de la asignatura Ingeniería de las Reacciones Químicas. Yo le escribí al autor del libro para que me lo facilitara y accedió, pero finalmente tuvo que enviármelo con un amigo desde México porque no podía mandarlo desde los Estados Unidos”.

—A pesar de toda esa hostilidad, Cuba no detuvo sus investigaciones y en el caso de la Universidad de Camagüey los resultados son bien palpables.

—El principal logro que tenemos recae en el empeño que se le ha puesto al proceso de enseñanza derivado de la investigación científica, de allí que actualmente la carrera de Ingeniería Química presente sus tres programas acreditados de Excelencia: en Pregrado, Maestría y Doctorado.

“En cuanto a la planta piloto, laboramos en un programa relacionado con la obtención de productos como el etanol, a partir de la biomasa que proviene de residuos agroindustriales. La investigación todavía no puede pasar a la industria, pero hay un acumulado importante de conocimientos sobre la producción de las enzimas y además este año se defenderá una tesis acerca de la obtención de un catalizador que se utiliza en la síntesis del biodiesel a partir de recursos renovables”.

—Vital en los aportes de esta línea de investigación ha sido igualmente la colaboración con otras instituciones.

—Mantenemos vínculos con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey, en proyectos de investigación de productos que van al mercado nacional e internacional. Desde hace cinco años trabajamos con el Centro de Inmunología Molecular de La Habana y presentamos una tesis doctoral encaminada a intensificar los procesos de producción para la elaboración de vacunas terapéuticas.

El bloqueo parece que sobrevivirá por varios años más, pero a la Biotecnología en la Universidad de Camagüey le queda mucho que aportar. Ahora, profesores como Luis Ramos y sus estudiantes investigan para intensificar los procesos de cultivo de las células de mamíferos que son las que producen anticuerpos hormonales y dos de sus docentes esperan ser aprobados para cursar un doctorado en Bélgica.