CAMAGÜEY- La madrugada del 27 de septiembre de 1958, fecha en que el Ejército Rebelde sufrió su más duro revés durante la guerra revolucionaria, parecía apacible cuando la columna 11 Cándido González fue vilmente emboscada en el cruce del ferrocarril de la colonia cañera de Pino Tres por las tropas asesinas de la tiranía batistiana.

Enviados desde la Sierra Maestra por orden expresa de Fidel para establecer un nuevo frente en Camagüey, Jaime Vega incumplió las órdenes del Comandante en Jefe de trasladar las fuerzas guerrilleras en camiones.

Un día antes acamparon en San Miguel del Junco, donde miembros del Movimiento 26 de Julio también alertaron a la jefatura de la columna acerca del peligro que significaba el paso en vehículos por dicha zona.

Cada uno de estos sesenta aniversarios nos destroza el corazón llegar hasta el Mausoleo de Pino Tres, hermoso monumento construido por la Revolución para guardar los restos queridos de los 20 rebeldes caídos en desigual combate contra un enemigo superior en hombres y armas, y a sus 12 compañeros masacrados en La Caobita, a 8 kilómetros del antiguo central Macareño.

Como dijo Juan Isnel Hernández Digón, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en Santa Cruz del Sur, “lo más importante para cumplir con los Héroes y Mártires de Pino Tres, con los sobrevivientes que nos acompañan y para no olvidar jamás las lágrimas derramadas por su ausencia es el diario cumplimiento del deber en cada puesto de trabajo y de combate.”

Participaron en la solemne ceremonia junto al pueblo, otros dirigentes políticos y administrativos de la provincia, junto a ellos se encontraba el capitán del Ejército Rebelde Lázaro Vázquez García, quien visitó el memorial histórico junto a otros combatientes y familiares de los caídos.