CAMAGÜEY.- Son tantas las casonas coloniales que hay en esta ciudad, que al pasar frente a alguna se convierte en una más, solo otra de esas elegantes construcciones alrededor de las cuales hemos crecido y que,  sin lugar a dudas, perteneció a una familia adinerada de la ciudad.

Lo común es fijarnos en aquellas que pertenecieron a ilustres, esas que forman ya parte de la historia, que nos identifican en cualquier lugar. Pero no solo esas son importantes, no son las únicas que guardan una historia.

La gran mayoría de los ciudadanos no saben que el edificio casi en ruinas a ciyos balcones algunos le huimos por miedo a un derrumbe, y que amablemente sostiene innumerables bolsas de basura, es un palacio, el Palacio de Pichardo.

Si usted no la ha notado o no ha venido a Camagüey, puede ver esa casa de dos plantasen la intersección de la calle Avellaneda — antes llamada San Juan—, con Tío Perico. Adquirió su nombre por pertenecer desde 1847 al licenciado Francisco Pichardo Tapia, funcionario dominicano de la Audiencia. Luego de su muerte, siguió formando parte del patrimonio de su descendencia y se alquiló en varias ocasiones, siendo empleada como casa de familia y con fines laborales. Estuvo en manos de distintos propietarios.

UNA ARQUITECTURA SINGULAR

Según datos de una investigación realizada por especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad para su fabricación fue utilizado el tipo de ladrillo conocido como panetela, que constituye un material característico en edificaciones del siglo XVIII, y otra variedad que por sus dimensiones corresponde al siglo XIX.

En el inmueble se mezclan elementos arquitectónicos coloniales y republicanos, desde los materiales usados hasta los decorativos, como resultado de las transformaciones realizadas, y como buen espacio camagüeyano, en el interior encontramos cinco tinajones. 

El Palacio de Pichardo no solo cuenta con las características propias de la colonia que acostumbramos ver en el centro histórico de esta urbe, presenta elementos auténticos que lo distinguen. Como sui generis de la arquitectura local, en la fachada lateral de la calle Tío Perico posee un balcón de cajón de influencia sevillana. Otros rasgos que llaman la atención son los óculos en forma de estrella de ocho puntas, cuya función era permitir el paso de la luz al interior del hogar.

¿SE LE HA DADO LA ATENCIÓN QUE NECESITA?

El estado de deterioro de este palacio camagüeyano es muy avanzado, ocasionado por los años,  externos, el clima, la inapropiada conducta social y la falta de preocupación por las autoridades como causa principal.

Las paredes han perdido la cobertura a causa de la humedad, tanto en el exterior como el interior, los metales de los balcones y otros detalles de herrería se encuentran oxidados, las vigas de algunas áreas se han fracturado y otros elementos de madera como la escalera, por su detrimento también pueden resultar peligrosos.

Conservar este lugar, restaurar los mármoles y maderas, se vuelven tareas necesarias y costosas, no solo por sus valores históricos, sino igual por evitar el derrumbe de un edificio que puede colisionar, y ocasionar males irreparables, pese a estar ubicado en una de las calles más transitadas y justo al frente de la Dirección Municipal de Vivienda.

NO TODOS LO HAN OLVIDADO

La Ms. C. Karen Hernández Rodríguez, miembro de la subcomisión nacional de Arqueología, explica que por sus potencialidades, la Dirección de Investigaciones Históricas tiene entre sus proyectos la intervención arqueológica del sitio para el año en curso.

Entre los inconvenientes enfrentados, abundó, es que en ocasiones los inmuebles se encuentran ocupados s, lo que obliga a acudir a un proceso de obtención de permisos y aseguramientos para el personal que va a trabajar. Las autorizaciones necesarias por parte de la subcomisión arqueológica ya las tienen, estas series de normas son ineludibles para comenzar una investigación.

Karen Hernández dio a conocer que se pretende sea mediante una excavación breve, en un intervalo de tiempo de tres a seis meses, en un área pequeña del patio. La planta superior también posee elementos que deben ser estudiados, pero por las condiciones actuales de la estructura resulta complicado y se necesitaría mayor seguridad. Además, aspiran a examinar las pinturas murales con que cuenta la casa.   

El futuro parece prometedor para el Palacio de Pichardo. Ciertamente sería muy triste que lo dejaran en el olvido, perdiendo todo lo que tiene para ofrecer desde el punto de vista histórico y arquitectónico, en una ciudad que siempre ha ostentado una perfecta mezcla entre presente y pasado, por la conservación de sus edificaciones antiguas.

A pesar de esas paredes mohosas, de las puertas quebradas, de los balcones deteriorados, aún se alza elegante, y llama la atención de aquel que aprecia lo bello, a pesar de que sea un palacio abandonado al paso del tiempo.