CAMAGÜEY.- Se dijo hace solo minutos: el batey Jaronú ganó el Premio Nacional de Restauración 2018, resultado que mantenía con ansiedad a Camagüey, porque después del azote del huracán Irma, en septiembre del año pasado, lo más probable era la pérdida de su condición de Monumento Nacional.

Sin embargo, por las luces y las manos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), y la sumatoria a las labores de varias instituciones, organismos y empresas constructoras, se devolvió el esplendor arquitectónico y se ganó un proyecto integral de servicios para el actual Consejo Popular Brasil, del municipio de Esmeralda.

También mereció el lauro ICOMOS del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, así como los colaterales que entregan AZCUBA y la Cátedra Gonzalo de Cárdenas de Arquitectura Vernácula.

El trabajo allí se dedicó a la preservación de la tipología urbana y arquitectónica del batey, la recuperación y reciclaje de los materiales para mantener la originalidad de los techos, el mejoramiento del fondo habitacional, la eliminación de cuarterías y la construcción de nuevas viviendas.

Entre las personas implicadas estuvieron especialistas de las direcciones de Plan Maestro y Gestión, Proyectos, Unidad Administrativa y de Servicios, Patrimonio; además de la Empresa Provincial de Restauración y Conservación y estudiantes de la Escuela de Oficios “Francisco Sánchez Betancourt”, pertenecientes a la OHCC.

El proyecto de Jaronú permitió salvar el patrimonio del área declarada monumento nacional, propició la participación ciudadana en los procesos de desarrollo local e incrementó la calidad de vida de los habitantes al rescatar no solo el patrimonio arquitectónico sino la cultura e identidad de Jaronú, afirmó Lourdes Mazorra López, periodista de la OHCC.