Fotos: Jorge Abel Caliata Fotos: Jorge Abel Caliata CAMAGÜEY.- Brenda dentro de 15 días cumplirá su primer año de vida y, con unos ojos azules como el mar, intenta adivinar quienes son estos magos de hablar extraño que la cargan, la besan y le dan regalos.

Ella no sabe que esos desconocidos con matices en su lenguaje vinieron desde otro continente a aprender en Cuba; ignora, a su corta edad, que los estudiantes angolanos de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz fueron al Hospital Pediátrico Provincial Eduardo Agramonte Piña para compartir lo que tienen con los pequeños internos de la Sala de Oncohematología y los de Terapia Intermedia e Intensiva. 

Iluminar la cara de los niños con una sonrisa fue el mayor premio de los jóvenes extranjeros, quienes junto al personal médico transmitieron todo su amor y alegría a los pacientes con la enfermedad crónica del cáncer.

“Cuba nos ha inculcado la solidaridad, y cuidar de las nuevas generaciones desde edades tempranas es la tarea más noble y humana. De ellos depende el futuro del país y si queremos hacer de este mundo un lugar superior al que encontramos, en los niños está la esperanza”, expresó Harold Cirilo Miguel, presidente de la Comunidad Africana en Camagüey.

Explicó además, que escogieron las celebraciones por el 4 de abril para hacer el donativo, por ser esa la fecha en que Angola celebra el Día de la Paz y la Reconciliación Nacional, y Cuba, los aniversarios de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Organización de Pioneros “José Martí”.

SISTEMA DE SALUD EN CUBA AL NIVEL DE LOS PAÍSES DESARROLLADOS

Gracias al vínculo con las instituciones de Salud Pública en el territorio los angolanos han conocido las bondades del sistema médico cubano, totalmente gratuito y con una calidad a la altura de los servicios pagados en el primer mundo.

“El Hospital Pediátrico cuenta con 33 especialidades, de las que 26 atienden enfermedades clínicas y otras siete las quirúrgicas, con importantes tratamientos como los de neurocirugía, y un equipo de casi 250 especialistas y más de 300 enfermeros, además de los tecnólogos”, informó el Dr. Carlos Busquet García, director del centro.

Busquet, también manifestó con orgullo que esa institución de salud logró el año pasado la más baja tasa de mortalidad infantil de su historia, tres fallecidos por cada mil nacidos vivos, donde disminuyeron notablemente las muertes por enfermedades infecciosas, resultados a la altura de una potencia desarrollada.

En estos momentos la sala de Oncohematología posee un equipo de flujo laminar, valorado en millones de dólares, y en los cubículos de quimioterapia se atienden menores de Ciego de Ávila, Las Tunas, Camagüey y otros lugares, si es preciso, con protocolos manejados a nivel internacional y vacunas también producidas en Cuba, según manifestó el Dr. Julio Vázquez Palanco, especialista en Pediatría de esa área.

De forma general, Ahimé Garrote Camejo, MS.c. en Atención Integral al Niño, agradeció el gesto voluntario y desinteresado de los universitarios extranjeros para combatir un padecimiento que deprime el sistema inmune y necesita de motivación y cariño.

Hace más de cuatro años los angolanos que se forman profesionalmente en Camagüey realizan donaciones a instalaciones médicas en el territorio, por lo que ya han visitado diversas instituciones como el Hospital Amalia Simoni y las Casas de Amparo Filial de la urbe principeña.

La experiencia es única e indescriptible, engrandece el corazón y hace mejores personas a quienes ayudan de buena fe a poner un rayo de luz en el paisaje de los ojos de un niño que, como Brenda, devolverá el triple en un mar de sonrisas.

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