CAMAGÜEY.- Los Hoteles Encanto, pertenecientes al Complejo Camagüey Ciudad de la cadena Cubanacán, recibieron el premio Excelencia 2017 por su aporte a la conservación y promoción de la historia y tradiciones locales.
Con 20 años de logros a nivel internacional, el Grupo de Excelencias reconoció que en su vínculo con el entorno arquitectónico de la ciudad, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, las instalaciones comercializadas con la marca E, atesoran y preservan los grandes valores culturales de las diferentes artes.
“Este lauro se traduce en retos para nuestros trabajadores. Brindar un servicio distinguido a cada huésped nos ha abierto las puertas para posicionarnos en el mercado mundial y llegar a un 96 por ciento de aceptación entre quienes nos visitan”, expresó Juan José Díaz, gerente del complejo Camagüey Ciudad.
Por su parte, Leonardo Álvarez Leyva, secretario del Sindicato del Turismo en la provincia, exhortó a esforzarse para lograr que el resto de las instalaciones turísticas de la ciudad alcancen la excelencia al igual que estecomplejo, “siempre con la meta del crecimiento y la superación continua”.
Los Hoteles Encanto de la ciudad compartieron el premio en el sector turístico con Artehotel Calle 2, ubicado en La Habana. Mientras el Ministerio de Turismo de Cuba obtuvo el Premio Especial Caribbean New Digital.
Otros laureados fueron la poetisa Carilda Oliver Labra, la cantante Omara Portuondo, el Dr. Rodrigo Álvarez Cambras, los Maestros Roneros de Cuba y la Compañía de Teatro Infantil “La Colmenita”.
Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante
La noticia fue compartida en el acto provincial por el Día del Trabajador de la Hotelería y el Turismo celebrado en la sede del Grupo Empresarial Transtur del territorio.
Además de reconocer los resultados en el 2017 y los indicadores de eficiencia de la empresa, se entregó el Sello “El criollito” a Rodimar Ramos Téllez, del Hotel Santa María, por la calidad del servicio.
El día de la Hotelería y el Turismo se instituyó en homenaje al joven Elpidio Sosa, un luchador que vendió en 300 pesos su plaza de trabajador del Bar Oriente, dinero que un gesto de desprendimiento aportó a la causa revolucionaria.
