CAMAGÜEY.- Por una incorrecta manipulación del operador de turno de la sala de máquinas de la fábrica de helados Coppelia, de Camagüey, se originó un escape de amoníaco entre las 6:20 y 6:30 a.m. del pasado miércoles, que afortunadamente no ocasionó daños humanos, aunque el fuerte olor de la sustancia química se extendió más allá del perímetro de ese establecimiento de la Empresa de Productos Lácteos .

Jesús Tejeda Jorge, jefe de producción, narró a Adelante Digital: “Cuando llegué a la fábrica, alrededor de esa hora solo había cinco trabajadores de los 176 que allí laboran y entran más tarde, e inmediatamente se activaron los planes de protección internos y aviso a la población residente. El escape no fue de envergadura: duró 10 o 15 minutos, porque el amoníaco líquido en vez de ir a la atmósfera se evacuó por tragantes y registros de desagüe”.

Tejeda destacó la inmediatez con que acudieron los bomberos, las autoridades del Ministerio del Interior y las ambulancias del SIUM al área de posible contaminación química, preservada para evitar mayores consecuencias.

Gustavo Estrada Soto, director de Coppelia, reconoció que el accidente se produjo por una mala operación tecnológica de una rutina diaria que en cada jornada laboral se hace antes de que el grueso del colectivo se incorpore a la producción de helados.

¿Disponen los trabajadores de todos los medios de protección necesarios?

—No contamos con el completamiento total de los medios de protección, aunque los hemos solicitado a la Empresa de Productos Lácteos: en la sala de máquinas, donde sucedió la fuga de amoníaco, solo hay un traje isotérmico para el operador de turno—, respondió Estrada Soto.

¿Cuándo reanudan la producción de helados?

—Tan pronto repongamos la cantidad de amoníaco. No, no es gran cantidad, con un solo carro-bala que traiga el producto desde Nuevitas, en dos o tres días normalizamos el proceso de fabricación—, contestó Tejeda Jorge, jefe de producción.

Según Estrada Soto y Tejeda Jorge, las afectaciones del huracán Irma impedirán cumplir la producción planificada, pero pronostican cerrar diciembre con un millón 280 000 galones de helados de entre 12 y 13 sabores, unos 20 000 galones por debajo del plan anual.

Casi es cincuentenaria esta fábrica. ¿Hay algunas perspectivas de renovación tecnológica?

—La mayoría de las fábricas de helados de Cuba funcionan con el sistema de enfriamiento con amoníaco. La nuestra tiene 49 años de inaugurada y el próximo año vamos a ejecutar un mantenimiento general que incluye el montaje de un congelador, cuatro difusores y un compresor de alta nuevos; se cambiará el 70 % de las tuberías y se instalará una caldera para mejorar la eficiencia tecnológica y calidad del helado”, subrayó el director de la fábrica Coppelia de Camagüey.