CAMAGÜEY.- La Casa de la Memoria, sede de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM) y la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC), de esta provincia, volvió a convertirse en un espacio idóneo para que reconocidos investigadores y estudiosos del territorio pensaran la impronta que el líder histórico de la Revolución dejó en su país.

Dio inicio al debate la ponencia del historiador Fernando Crespo Baró, La historia en Fidel, en la cual se resaltó el espíritu visionario y el caudal de conocimientos que permitieron al autor de la gesta del ´59 interpretar con claridad las circunstancias que lo rodearon:”Ningún estadista en sus discursos ofrecía detalles tan precisos de la historia como él; dominaba los hechos patrios al dedillo e incluso, era capaz de narrar acontecimientos sobre otras naciones con el mismo tino”.

Significó de especial interés la conferencia de Maricela Valido Portela, presidenta de la filial de la SCJM, sobre las coincidencias políticas y éticas entre dos grandes cubanos: José Martí y el Comandante en Jefe. De las similitudes, la estudiosa de la obra martiana advirtió el sentido de patriotismo que mantuvieron ambos héroes durante su infancia y la concreción de sus ideales libertarios en La Guerra Necesaria y el Triunfo de la Revolución.

“Fidel fue un completo seguidor de los ideales del Apóstol y podemos constatarlo cuando declaró, en La historia me absolverá, al más universal de los cubanos como el promotor del asalto al Cuartel Moncada. Él devino en el más fiel discípulo de Martí y, a su vez, se convirtió en el educador de las nuevas generaciones”, dijo Valido Portela.

Los acordes del trovador Domingo Marcos deleitó a los presentes con números de su repertorio como El inmortal, inspirado en las epopeyas y el legado del líder revolucionario homenajeado.

Para concluir el encuentro el presidente de la Unhic, Ricardo Muñoz Gutiérrez, relató un grupo de anécdotas que suscitaron la reflexión en torno a la sabiduría del ideólogo de la proeza del ´59 y a los valores más puros que lo caracterizaron. En ese propio espacio, también incitó a la lectura del libro Buenos Días Fidel, escrito por Nicolás Guillén, que contiene descripciones vitales sobre el antes y después del Triunfo de la Revolución cubana, los combatientes de la Sierra Maestra y del Comandante en Jefe.