ESMERALDA, CAMAGÜEY.- La presa El Porvenir, la tercera más grande de su tipo en el país, enclavada en este norteño municipio, no pudo salir un poco de la intensa sequía por la que atraviesa. A pesar de las fuertes lluvias que recibió por el huracán Irma, solo le garantizaron un pobre veinte por ciento de su llenado total.

Carlos Frank Hernández, con más de 27 años de trabajo en el lugar, es el Jefe de la Obra Hidráulica y comenta que jamás vio tanta agua en 24 horas pero que a su vez tampoco observó tan seco el embalse.

Carlos Frank dice que le gustaría ver aliviando de nuevo a la presa, pero para eso necesitan mucha más lluvias.Carlos Frank dice que le gustaría ver aliviando de nuevo a la presa, pero para eso necesitan mucha más lluvias.“Llovió mucho desde horas tempranas del viernes 8 y nosotros en tiempo de huracanes monitoreamos el nivel cada dos horas. Cerca de las ocho de la noche no pudimos ir más a verificar por los fuertes vientos hasta las seis de la mañana”, comentó Frank quien se asombró al comprobar el sábado que no se había llenado.

“Pensábamos que iba a estar más recuperado y nos sorprendimos. Los cerca de veintidós mil millones de metros cúbicos que recibió ayudaron pero poco, aunque aún puede aumentar por las fuertes lluvias que cayeron después del ciclón y por los temporales que se avecinan”.

Según el Jefe de la Obra la presa no presentó ninguna afectación, los muros se encuentran preparados y con toda la capacidad para recoger el agua que venga y tanta falta hace.

Los ocho trabajadores del lugar son los responsables de monitorear, dar mantenimiento y reportar al sistema de Recursos Hidráulicos, además de abrir la entrega del líquido hacia los diferentes canales.

El dique hace alrededor de ocho años que no alivia. Los 139 milímetros que cayeron en 24 horas, casi seis pulgadas, la beneficiaron pero no al punto que muchos esperaban. El ciclón Irma negó lo único que se le podía sacar “provecho”. El agua nunca llegó como se esperaba para los embalses de la provincia.

El lugar fue construido en 1975 por la Brigada Antonio Maceo de Villa Clara y tiene una longitud de cortina de casi tres kilómetros y una capacidad de 171,5 millones de metros cúbicos. Su agua llega a los sembrados de caña del central Brasil, a las empresas pecuarias de Esmeralda y hacia una parte de la provincia de Ciego de Ávila.