Fotos: Leandro Pérez Pérez/AdelanteFotos: Leandro Pérez Pérez/AdelanteCAMAGÜEY.- No vive por allí pero hace 25 años que lo conoce La Belén, la comunidad en la periferia de esta ciudad que Eduardo Sánchez Castillo quiere y cuida con esmero, sobre todo en circunstancias excepcionales como la actual, cuando viste de verde esperanza como presidente de la Zona de Defensa 15.

Adelante Digital lo encontró en el único lugar donde asume la tarea más difícil de su vida, en la Escuela Enrique Zaragozí, desdoblada como centro de evacuación para 52 personas a las que el huracán Irma hizo añicos las viviendas.

“Esta es una zona compleja. El fondo habitacional es malo”, así empieza su boceto de una barriada de 15 049 habitantes, acechada por los estereotipos de la mala fama, y en la que Eduardo persiste para que no se le derrumbe el alma al grupo de una embarazada, 13 niños, siete ancianos, 18 mujeres y 13 hombres.

A pocos kilómetros de lo más vanidoso de la urbe, Camagüey tiene una herida abierta con electricidad por tendederas, limitaciones para el acueducto, sin un establecimiento que amplíe la venta de productos liberados de la Empresa de Comercio, y donde se localizan oficinas con direcciones de empresas.

“No contamos con Mercado Ideal, aunque nos ofrezcan servicios, pero como la Defensa es territorial, yo mando en mi territorio, lo demás es cooperación”, prosiguió Sánchez Castillo, poniendo el dedo antes de que cayera la gotera.

Con todas esas variables cualquiera que no sea de su estirpe se cruzaría de brazos y, como el avestruz, se hubiera quedado a esperar su cumpleaños 68 sin razones para un permanente dolor de cabeza, asumido por Eduardo desde hace años cuando el poblado de Altagracia lo devolvió fundador de las Zonas de Defensa.

“Llevo 25 años en esta Zona de Defensa, y 21 años como presidente. Aquí he pasado por las diferentes fases de ciclones. He logrado mantener la plantilla del Consejo, con el grupo económico social, el de trabajo del Partido, el orden interior, la Defensa Civil con sus órganos de evacuación… los del peso fundamental en circunstancias excepcionales”.

Luego rememora las peripecias cuando el huracán Ike, en el 2008, que acabó con la “Enrique Zaragozí”, y que le propinó siete meses de movilización debido a las afectaciones en la Zona y a su responsabilidad con los evacuados.

“Ahora hemos tenido la suerte de esta escuela recuperada, su consejo de dirección es incondicional con la Defensa. Salud siempre nos ha respondido. Eso te estimula a seguir trabajando”, entonces viene otra pausa al diálogo, porque a él lo procuraban constantemente, con un respeto que solo gana quien ha entregado el corazón en el frente también de las batallas cotidianas.

Luego elogia la asistencia médica con el control de los casos de hipertensión, y con las medidas para que no se propague la conjuntivitis de dos evacuados; e insiste en los levantamientos rigurosos, vivienda por vivienda, para que todo sea justo a la hora de la entrega de los recursos.

El presidente de la Zona de Defensa 15 tiene la voz serena, pero en el fondo de sus ojos se advierte que Irma también lo desgarró; sin embargo, Eduardo Sánchez Castillo vive y crece porque el hogar de sus urgencias sigue siendo La Belén, donde la gente prende su luz y le sigue porque sabe que con él, “las cosas sí salen alante”.