CAMAGÜEY- Alrededor de las 7:00 p.m. comenzó la noche de Irma en Santa Lucía con fuertes vientos y rachas intensas, prolongadas y sostenidas que estremecían las edificaciones.

El viento venía del suroeste y soplaba desde tierras y se mantuvo hasta cerca de las tres de la madrugada azotando todo a su paso en la playa. Al amanecer comenzó la lluvia y se mantuvieron los vientos, pero no tan fuertes.

Bajo estas condiciones el equipo de prensa posicionado en la zona hizo un recorrido hasta la vía central a la playa. Se pudo constatar que están caídos todos los postes de electricidad, los de madera están partidos en dos y tres partes, y los de prefabricado están en el suelo; los cocoteros situados a lo largo de la Avenida están en el piso.

En materia de infraestructura se han derrumbando varias casas de estructura débil; así como las uvas caletas y los almendros, la vegetación interior de playa, están completamente arrasadas.

Las cubiertas ligeras han caído y los techos que no están dañados tienen árboles encima. Por otra parte, la red hotelera tiene muy dañada su jardinería pero no las instalaciones. Los parasoles a la orilla del mar no se cayeron.

En la salina El real, el almacén perdió todo el techo, por rotura de las tejas de fibrocemento, no hay penetraciones del mar, pero si sigue lloviendo.

CÓMO SE VIVIÓ A IRMA

Geovanys Céspedes, vive en la playa. Hace 9 años esperó a Ike en el mismo lugar que recibió a Irma: en su casa. Como en todo el litoral, un miembro de cada Comité de Defensa de la Revolución (CDR) cuya casa fuera confortable para afrontar los embates del huracán, y cuidar así, de cerca, para apoyar ante cualquier situación.

“Se sintió como un bombardeo por los sonidos tan estruendoso. No fue nada comparado con el Ike, fue incomparablemente peor. Llegué a tener miedo, aun cuando mi casa es fuerte. Le recomiendo a todos que nunca dejen de irse para los centros de evacuación”.

Para que la Zona de Defensa la playa y el equipo de prensa tuvieran vitalidad para trabajar durante las horas de los embates de Irma, Jesús Dulce Rodríguez, el jefe, se mantuvo casi todo el tiempo en el Centro de Comunicaciones de Etecsa. Solo unas horas se detuvo el trabajo, cuando llegó la noticia de que Jesús había perdido parte del techo y el portal de su casa.

A su regreso al Centro de Comunicaciones para continuar las labores de información confesó “periodista a mi casa Irma le cambio el color.Hasta hoy estuvo pintada de un azul intenso, ahora es verde”.

Hasta el cierre de esta información el presidente de la Zona de Defensa la Playa, Jenny León Mayedo, dijo que luego de un recorrido realizado los daños todavía se contabilizan pero las mayores afectaciones están en los techos de las casas, de las instalaciones estatales y del Turismo, así como en las vías eléctricas.

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