CAMAGÜEY.- Los trabajadores del sector hidráulico están de plácemes este 10 de agosto, con motivo de su día, que se festeja a lo largo y ancho del país.

En Camagüey particularmente el acto por la efeméride tendrá lugar este jueves, en horas de la mañana, en el Centro Integrado de Tecnologías del Agua (CITA), una institución que labora con misiones específicas. Conjugan tanto las tecnologías tradicionales mejoradas con las de punta, bien sean introducidas o desarrolladas en Cuba, con énfasis en el uso de las energías renovables y la eficiencia energética en general, en un marco verdaderamente sostenible.

En Camagüey el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) administra 54 embalses en la provincia, según fuentes consultadas la de mayor número de esos reservorios en Cuba, voluntad ideada por el Líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.

Los acuatorios aquí están diseñados para acumular más de 1 200 millones de metros cúbicos de agua y se asocian, no tanto solo para el abasto a la población, sino para la irrigación de planes arroceros, cañeros y agropecuarios.

En el pensamiento de Fidel estuvo que los embalses serían útiles para controlar las aguas, evitar inundaciones y disponer de una reserva suficiente para todas las necesidades del país, de orden humano, agropecuario e industrial.

En junio del 2016 en ocasión del Foro de Ciencia y Técnica del CITA, Adelante Digital, señaló que las posibilidades de Camagüey de profundizar en la política de ahorro de agua se puso de manifiesto en ese foro, en el que debatieron diez ponencias en su mayoría investigaciones.

El 9 de agosto de 1964, en ocasión del segundo aniversario de fundado el INRH, Fidel señaló que cuando oyó a los compañeros a hablar del mapa hidráulico que señala donde están las reservas de agua subterránea pensaba en otros mapas, como los de suelos y las características químicas de cada uno de ellos.Vale recordar lo dicho por el artífice de la voluntad hidráulica:

“¿Y qué fue lo que nos obligó a prestar atención a este problema hidráulico? Como muy bien señaló el compañero Faustino, lo primero que nos hizo pensar en esto fue el fenómeno de la sequía, la tremenda sequía que tuvo lugar en los años 1961 y 1962.

Es decir que la sequía fue el factor que nos hizo pensar en la necesidad de crear una voluntad hidráulica, porque los efectos de aquella sequía se sintieron. Y así fue como se ideó la creación de esa voluntad hidráulica, cuya existencia era necesaria.

Y así se conmemoró el primer aniversario de la creación del instituto, con los primeros proyectos, los primeros esfuerzos; mas no había transcurrido mucho tiempo desde entonces cuando se nos presentó el fenómeno inverso, lo inaudito, lo increíble, lo inesperado, y es que cayeran 10 000 millones de metros cúbicos en unas horas prácticamente, en una región ampliamente poblada y en una de las zonas agrícolas más fértiles de nuestro país.

Y, claro, ya no fue solamente el daño de orden material, no; en esa oportunidad tuvimos la amarguísima experiencia de ver cuánta tragedia, cuánto dolor, cuánta tristeza y cuánto terror deja tras sí un fenómeno de esa naturaleza”.