CAMAGÜEY.- Carlos de la Torre y Huerta fue una de las más importantes figuras de las ciencias naturales en Cuba. En la Universidad de la Habana alcanzó el título de Doctor en 1889 y fue fundador de la Sección de Arqueología de la Academia de Ciencias de la Habana.

Este laborioso investigador coleccionó las especies terrestres de moluscos del archipiélago cubano y determinó muchas de ellas. Demostró con sus expediciones y colectas la existencia de terrenos del período cretácico en Cuba y fue reconocido con títulos de Doctor de varias universidades del mundo y miembro de honor de las más prestigiosas organizaciones del planeta en sus tiempos. Más de 70 títulos así lo avalan. Murió en 1950.

Invitado por su amigo Miguel Hernández de las Casas, el médico municipal de Minas, en la provincia de Camagüey, el Dr. Carlos de la Torre Huerta llegó a esa localidad el domingo 27 de diciembre en diciembre de 1915. De esa visita, la prensa se hizo eco con un amplio reportaje publicado en el periódico El Camagüeyano el domingo 9 de enero de 1916, de título “Grandiosa excursión científica a Cubitas. El ilustre doctor Carlos de la Torre realiza importantes descubrimientos”, acompañado por cinco fotografías.

Según el relato, la expedición científica salió a caballo el mismo 27 de diciembre integrada por doce personas. Haciendo un alto en la finca de Miguel Estévez, en Santa Cruz del Norte, Don Carlos colectó varios ejemplares de moluscos terrícolas. Desde allí se dirigieron hacia la cueva de El Círculo y San Antonio guiados por el campesino Gonzalo Sifontes, quien había servido de guía a Don Carlos en una oportunidad anterior a ese mismo sitio.

Posteriormente, visitaron Los Paredones y desde allí continuaron hacia el Paso de Lesca y luego a Trinchera. En este lugar hallaron un viejo cañón de hierro, posteriormente recogido para el Museo Nacional.

Por la tarde regresaron e hicieron campamento en Paso de Lesca, en la cantina de Juan Escobar. Y según el periodista que les acompañó, durante la velada de esa noche Don Carlos recitó algunas poesías de Bequer, Acuña y Campoamor.

El 29 y de regreso, al pasar frente al cerro de Tuabaquey entraron a la cueva de Pichardo, colectando murciélagos y moluscos terrestres. Desde allí viajaron a Los Cangilones.

Según Don Carlos, Los Cangilones es la mayor maravilla que conoce en Cuba y acaso la única mayor en el mundo entero: “El día que Los Cangilones sean más y mejor conocidos y estén al mínimo tiempo de todas las vías de comunicación fáciles y asequibles, llegarán a convertirse en la Meca del turismo del mundo entero y principalmente de aquellos que comulgan con el sagrado amor a la Naturaleza”. 

Finalmente el 30 regresaron a Las Minas y al siguiente día Don Carlos narró las experiencias de la expedición en una conferencia ofrecida en el teatro de esa localidad  El Fénix.

Según la nota  publicada, participaron en la expedición el doctor Miguel Hernández M, el sargento del ejército Rafael Gallardo, Rafael Mestril González, Rafael García, Antonio Paredes, Vicente García, Arturo Ravinol, Juan Villadeamigo, Eduardo Pérez, Ramón Castellanos, el corresponsal del periódico El Camagüeyano Miguel Zúñiga y el ayudante de Don Carlos, Víctor Rodríguez.