CAMAGÜEY.- Considerada por varios historiadores como el ambiente colonial mejor conservado del Centro Histórico de la Ciudad de Camagüey, la Plaza San Juan de Dios constituye un emblema configurador de la identidad local, y sus tradiciones lo demuestran. Más allá de buscar sus raíces, se busca enaltecer su valor patrimonial, lo que la convierte en sitio de obligado interés para los transeúntes de las calles estrechas y sinuosas de la Ciudad de los Tinajones.

Vista como un amplio espacio trapezoidal, la plaza se enmarca por un conjunto de edificios coloniales que funcionaron como núcleo social, político, administrativo y cultural del proceso de formación de una cultura propia. Hacía más de un siglo que se había fundado la villa de Santa María del Puerto del Príncipe por los colonizadores españoles, según cuentan varios historiadores en 1514, por lo que este emplazamiento se ubica entre los más antiguos.

Se tienen indicios de que en los predios de esta monumental plaza, en la última veintena del siglo XVII, se construyó una pequeña ermita-hospital para atender a los enfermos de los alrededores. Este hecho se contraponía a las reglamentaciones urbanísticas vigentes en esa etapa, que negaban la construcción de los hospitales junto a las iglesias.

Sitio histórico de la provincia que refleja lo que tiene esta comarca de pastores y sombreros, la Plaza fundacional San Juan de Dios tomó otro nombre en 1901. La llamaron de forma oficial Plaza del Padre Olallo, en alegoría a esta figura benéfica que atendió a los enfermos en el Convento-Hospital. Hoy ya no se hace alusión al sacerdote cubano, simplemente nos referimos a San Juan de Dios, como era antes.

Este espacio urbano es hoy una de las añejas maravillas que conserva el sabor de épocas pretéritas. Alrededor de él se formó una barriada, y en ella se construyeron viviendas que se cimientan en una arquitectura colonial. Estando ubicado en el Centro Histórico de Camagüey, considerado en el 2008 Patrimonio Cultural de la Humanidad, es centro de atracción turística y varias de sus sitiadas casas tienen una función gastronómica, como las nombradas Campana de Toledo y Parador de los Tres Reyes.