CAMAGÜEY.- Todos los 14 de junio, en honor a dos Quijotes de este lado del mundo: Maceo y Che, los pioneros cubanos de tercer grado realizan un cambio que los marca para toda la vida. Su pañoleta, esa que le entregan en primero, ya no será más azul, ahora es roja, como la sangre, pero no como la sangre de cualquiera, sino como la de aquellos que un día la entregaron por un futuro mejor.

Ellos se sienten más grandes y es verdad, se ven mayores, han crecido ya van para cuarto grado, dejan de ser pioneros moncadistas y pasan a ser pioneros José Martí. La pañoleta roja la reciben de manos de mamá, papá, abuelito, maestros o de sus compañeros de sexto grado, los más grandes, que ya se van de la escuela y en un gesto simbólico de continuidad le entregan la bandera (el atributo) a sus compañeros para que la mantengan en alto.

La pañoleta es el atributo más querido por los pioneros, por seis años prácticamente se vuelve parte del cuerpo, se lleva a todas las actividades pioneriles y escolares; se usa con el uniforme y con la ropa adecuada para la exploración y el campismo, al punto que a algunos, cuando llegan a casa, hasta se les olvida quitársela.

Y es que este es el símbolo que los identifica como miembros de una organización única en el mundo: la Organización de Pioneros José Martí (OPJM). Es allí donde nuestros príncipes enanos aprenden a participar, a debatir sus inquietudes entre iguales y a amar, amar a la naturaleza, a los héroes y mártires de la patria y sobre todo aprenden a amar a Cuba.

No es un triángulo isósceles por gusto, sus vértices significan los deberes de estudiar, trabajar y luchar por las conquistas de la Revolución que desde muy pequeños se les inculca a los niños cubanos. Ambos extremos de la pañoleta se unirán sobre el pecho, mediante el nudo conocido como marinero, que ellos aprenden a hacer muy rápido gracias al movimiento de pioneros exploradores.

En Camagüey, este 14 de junio unos ocho mil pioneros dejarán de usar la pañoleta azul que durante tres años los acompañó, se les cambiará por la roja, ellos se sentirán más grandes y es verdad, han crecido, ahora les toca aumentar su responsabilidad y además preparar su relevo, para cuando dentro de dos años tengan que entregarle a sus compañeros que hoy están en primero la roja, más que un simple cambio de color, este sea como la entrega del batón que garantice la continuidad.